martes, 11 de marzo de 2008

'Sarko', otra derrota dulce a lo Rajoy


Ensombrecidas por las elecciones generales en España, nuestro vecino francés (vive la France et vive le foi!) también acudió a las urnas este pasado domingo. Pocos meses después de las elecciones a la República en las que arrasó el huracán Sarkozy, la primera vuelta de las municipales ha confirmado la bajada lenta pero inevitable del fenómeno Sarko. Como su camarada ideológico Rajoy, Nicolas ha perdido por poquito, lo suficiente para elaborar las habituales excusas, pero la dulce derrota no oculta el progresivo enpalidecimiento de la estrella de Nicolas.
De ser el llamado a transformar a Francia y, en el camino, cargarse a los sindicatos, abrazarse al amigo americano y liberizar a lo salvaje la economía cual Thatcher resucitada, como pedía la portada de The Economist en 2006, a convertirse en un político zafio, inepto y chulesco apenas han mediado sólo unos meses.

Con una participación del 61%, seis puntos por debajo de las cifras finales en 2001 pero diez por encima de la que se dio en España en las últimas municipales, la izquierda ha acumulado el 47% de los votos en la primera vuelta, frente al 45% de los partidos de derecha agrupados en torno a la UMP. La diferencia, eso sí, se agranda en las elecciones cantonales con un 48-41 a favor de las formaciones progresistas (socialistas, verdes y comunistas). En cuanto a las grandes ciudades, parece claro que los socialistas retendrán París y Lyon, el feudo de Marsella está en el aire y los conservadores se han apuntado un pequeño tanto al conservar a la primera Burdeos, con triunfo del alcalde saliente Alain Juppé, que fue humillado en las Legislativas de 2007 y tuvo que salir del Gobierno. De cualquier forma, el pequeño Napoleón Sarkozy va a tener que remar mucho para dar la vuelta a la situación general en la siguiente ronda.

Aunque finalmente el descalabro del presidente no ha sido tan fuerte como preveían las encuestas, lo que nos recuerda a lo sucedido en España, donde la mayoría absoluta del PSOE prevista por muchos se fue desinflando a lo largo de la noche, la derrota de la derecha nos anima a pensar en el futuro con optimismo. Sarkozy, el político autoproclamado como renovador de la llamada decadente república, fustigador de los privilegios sociales y Atila de la inmigración en la banlieue, pierde apoyos a un ritmo imparable. Su índice de aprobación superior al 60% apenas roza ahora el 40%, y continúa acercándose a los niveles ínfimos de su amigo George W. Iraq tiene armas de destrucción masiva Bush.

Sus insultos a los ciudadanos, su forma de gobernar, encargando informes a la empresa privada saltándose a la torera la soberanía de la Asamblea Nacional, su tragicómica opereta de playboy hortera junto a Carla Bruni (que por cierto, no pudo votar por no haberse inscrito a tiempo... ¡¡jal!!) y su compulsiva necesidad de atención mediática, opacando la labor de sus ministros, le ha convertido en objeto de escarnio de la opinión pública. La histórica sabiduría del pueblo francés parece haber dictado ya sentencia: Sarko, tourne a votre maison!

1 comentario:

Claudia Hernández dijo...

He disfrutado muchísimo este artícul, en le que desmigajas la patética figura del presidente francés, que quiere echar por tierra las viejas y maravillosas banderas democráticas y republicanas: Liberté, Equalité, Fraternité.