martes, 11 de marzo de 2008

El siglo XX europeo: historia de la hipocresía (Cap. 2)


Capítulo 2 - La llegada del imperialismo y el polvorín de los Balcanes

Paralela a la evolución económica proteccionista y al auge de la política colonial, como se mencionó en el capítulo 1, en Europa se produce el nacimiento de corrientes ideológicas que hablan de la supremacía de ciertos estados, y de su derecho a demostrarlo por la fuerza. Es entonces cuando aparece esa política basada en la guerra y el rearme, que tantas alegrías nos da año tras año, siglo a siglo. Surge un racismo brutal que se intenta demostrar con argumentos que hoy resultan pueriles, pero que en ese momento eran útiles. A todo esto se le llama imperialismo.
Lenin dijo que el imperialismo es la fase superior del capitalismo, y que la expansión internacional del capital monopolista permitía un dominio político y económico, que no precisaba de un control territorial directo. Su idea era totalmente acertada y el paso de los años lo ha confirmado.

Al amparo de estos argumentos, más de un estado se cree en la obligación de cumplir una función dirigente o hegemónica respecto a otras razas o pueblos… y ya la tenemos montada. Las causas de la primera Guerra Mundial serían variadas:

- La ya citada rivalidad entre los estados por sus ambiciones imperialistas.
- La carrera armamentística que rearma a toda la Europa industrializada, aumentando sus presupuestos militares.
- Las alianzas existentes pierden su carácter defensivo.
- La complicada situación política y social de los Balcanes y la actitud de los diferentes estados con respecto a ellos.
- La rivalidad económica entre los estados que están obligados a conquistar otros mercados por el excedente de productos.

Veamos, muy por encima, la situación de Europa antes de que comenzara el conflicto:

Alemania. Económicamente, se convierte en la primera nación industrial del continente entrando en competencia directa con Inglaterra. La clase dirigente está segura de que sólo con una potente política imperialista podrá sostener la economía germana, lo que genera la creación de la Asociación Pangermánica. La política de alianzas alemana había sido muy fructífera en décadas pasadas, consiguiendo aislar a Francia. La situación cambió cuando Rusia dejo de ser aliado alemán (conformando la liga de los tres emperadores junto a Austria-Hungría) para serlo de Francia.

Posterior mente se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Frente a esta alianza se encontraba la triple entente o entente cordial formada por Inglaterra, Francia y Rusia. La entente consigue durante los primeros años del siglo ir aislando paulatinamente a Alemania, que se rearma con celeridad. “Política mundial como misión, potencia mundial como meta, poder naval como instrumento”, lema del Káiser Guillermo II. A Alemania le parece inevitable la guerra.


Los Balcanes. Durante los 10 primeros años de siglo, las crisis se suceden, aumentando la tensión entre los dos bloques. La crisis de los Balcanes, tan de actualidad con la unilateral declaración de independencia de Kosovo. Y es que cuando Serbia se apoderó de la región de Kosovo, después de la Segunda Guerra Balcánica en 1913, comenzaron las dificultades con la población albanesa que se diferenciaba de sus "amos" por el idioma y por la religión. En la era del nacionalismo ellos ya no se dejaban dominar como antes por sus señores feudales. En otra provincia adquirida en la misma oportunidad, Macedonia, los habitantes tampoco aceptaban a los serbios. Todavía en el siglo XXI es el polvorín de Europa, nadie ha sabido establecer una balanza para la zona.


La mayor parte del territorio de los Balcanes estaba dominado por los imperios Otomano y austro-húngaro. A principios del siglo XX, los Balcanes constituían una de las zonas más explosivas de Europa. En ella chocaban distintos intereses con marcadas diferencias de religión, cultura, tradición y el problema de las minorías nacionales. Los serbios querían construir un Estado yugoslavo que reuniera a todos los eslavos de la región. Para ello, debían apropiarse de territorios que estaban en poder de los imperios austro-húngaro y Otomano. El imperio ruso, alejado del Extremo Oriente tras su derrota ante los japoneses en 1901, estaba interesado en extender sus dominios hasta el Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios.
Continuará...

No hay comentarios: