martes, 11 de marzo de 2008

El siglo XX europeo: historia de la hipocresía (Cap. 1)

Días atrás, al plantearnos la creación de este blog, las ideas sobre el contenido del mismo eran muy heterogéneas, pero casi todas tenían en común un espíritu crítico ante la sociedad que nos rodea. Desde mi punto de vista, los “occidentales”, al hablar mientras tomamos unas cañas, acabamos criticando a ese paradigma del capitalismo que son los USA, olvidándonos de que Europa, en muchos casos, es igual o más injusta con sus semejantes que el animal norteamericano.

Mi intención es sintetizar en sucesivas entregas cómo veo a esta cuna de la civilización y cuál ha sido su evolución a lo largo del siglo pasado y principios de este. Lógicamente, será mi visión y no pretendo ni convencer ni adoctrinar, es simplemente la opinión de un europeo más, o mejor, de un ciudadano del mundo más (sé que es una expresión muy manida pero, que queréis que os diga, me siento identificado con ella).

Creo que es muy interesante coger hoy día un periódico y analizar cómo en sus titulares encontramos las consecuencias de ese camino por el que transcurrió el viejo continente durante el siglo XX. Ver sus antiquísimas instituciones y su ancestral hipocresía, sus desgobiernos y sus exquisitos gobernantes, su endogámica beligerancia, su odio al foráneo, su falta de coherencia, su brutal explotación de las colonias, sus divisiones estúpidas y sus uniones incomprensibles... menudo panorama.

Capítulo 1 - Principios de siglo: apogeo del capital

Al hablar de historia se pueden tomar diferentes puntos de vista y todos ellos son válidos y necesarios, pero en un espacio como éste, el análisis materialista, es decir, observar la estrecha relación entre economía y evolución, es el más enriquecedor. La Europa actual surge del apogeo del gran capital de finales del siglo XIX. Las estructuras económicas de Gran Bretaña y Alemania, y en parte de Francia, se modifican al desarrollar nuevos procesos de producción, grandes edificaciones urbanas y nuevas instalaciones para las redes de tráfico y de aprovisionamiento.

De la fusión entre el capital bancario, el capital industrial y los primeros monopolios capitalistas surge el capitalismo financiero. Esto consolida el poder de las altas finanzas, que ganan influencia política (dato crucial para entender cómo somos gobernados hoy día, donde gobernar no es tener el poder). Las consecuencias son un incremento de la producción y de las rentas nacionales de los países industrializados, pero, sobre todo, y lo que me resulta más interesante, es que comienza un proceso de progresiva interdependencia del estado y la economía (financiera). Problemas económicos como la lucha por las materias primas y el mantenimiento del nivel de vida de la burguesía, generan una política colonial y proteccionista (neomercantilismo) para garantiza la autarquía y el comercio propio.
Continuará...

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