sábado, 28 de junio de 2008

Gates takes gate

Existen personajes que parecen acompañar a uno durante toda su vida y que son iconos de la sociedad occidental. Ayer al salir por última vez de su despacho, Bill Gates, ese listo gafotas, al apagar el ordenador habrá escuchado la tonadilla de despedida de Windows, y haciendo balance, alucinará con hasta qué punto ha cambiado la vida de millones de personas en el mundo. O quizá solo recuerde algún tartazo, o algún fallo en la presentación de uno de sus programas, quién sabe. El caso es que su vida es el paradigma de hombre hecho a sí mismo, el sueño americano de tanto ciudadano. La fortuna de Bill Gates es igual al PIB de Honduras, Nicaragua y Panamá juntos. Y si nos vamos a África supera a la suma de todos los países de la región extremo-occidental, es decir, Cabo Verde, Gambia, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Liberia, Senegal y Sierra Leona.

Todo empezó hace 33 años, con la visión de un ordenador en cada escritorio, algo que por aquel entonces era poco menos que una coña. En 1975 fundó en Alburquerque junto a Paul Allen, su propia empresa de producción de software informático, Microsoft Corporation, ocupando el cargo de presidente y director general; su negocio consistía en elaborar programas adaptados a las necesidades de los nuevos microordenadores y ofrecérselos a las empresas fabricantes más baratos que si los hubieran desarrollado ellas mismas. En 1979 Microsoft comenzó a crecer (16 empleados), momento en que decidió trasladar su sede a Seattle. Su primer gran acierto fue versionar el lenguaje Basic para los primeros ordenadores. El segundo, convencer al gigante IBM que la llegada del ordenador personal era inevitable y que su primer PC tenía que usar el sistema operativo MS-DOS, adquirido y perfeccionado por Microsoft. En el acuerdo, el monstruo del hardware cometió un enorme error que favoreció a Gates: permitir que su programa pudiese ser vendido a otros, lo que creó una industria paralela de máquinas compatibles con el sistema operativo. Volcado en un proceso de innovación tecnológica acelerada, en 1983 volvió a revolucionar la informática personal con la introducción del “ratón”; en aquel mismo año fue cuando Allen dejó Microsoft, aquejado de una grave enfermedad.

En 1985, decidió prestar atención a ese ordenador llamado Macintosh que producía Apple Computer. Lo copió sin ningún pudor y revolucionó el mundo de los programas informáticos con el lanzamiento del primer Windows, un sistema bastante pobre que ampliaba las prestaciones de MS-DOS e incorporaba una interfaz gráfica de usuario. En 1986 Microsoft salió a Bolsa con un éxito arrasador, con unas acciones en subida constante que hicieron a Bill Gates millonario con tan solo 31 años. Tuvo numerosos problemas con las patentes del Macintosh y con este panorama Bill volvió a llamar a la puerta de IBM y desarrollaron juntos el OS/2, un sistema basado en ventanas bastante mejor que las primeras versiones de Windows. Esta novedad provocó que numerosos fabricantes de equipos preinstalaran Windows en los ordenadores que vendían, lo que contribuyó a convertir a Microsoft a principios de los 90 en la empresa líder de la industria del software (reforzada por su victoria en el pleito contra Apple en 1992) con una facturación anual de más de mil millones de dólares.

Las nuevas versiones del programa como Windows 3.0 eran realizadas exclusivamente por Microsoft, suponían la ruptura con IBM, y fueron muy bien recibidas por los usuarios. El despegue definitivo de Windows se produjo en 1995, cuando por primera vez el lanzamiento de un sistema operativo fue portada en los periódicos. Aparecía Windows 95, en cuya campaña de promoción a escala mundial Bill Gates asumió el papel de profeta de la sociedad cibernética, gurú de la nueva era, el demiurgo de un futuro robotizado, y para algunos la encarnación de lucifer sobre la tierra (sobre él deben existir miles de leyendas urbanas). Su rápido enriquecimiento y su discurso visionario, ha gozado de gran audiencia entre los jóvenes emprendedores por proceder del hombre que simboliza el éxito material basado en el empleo de la inteligencia (aunque ello sería discutible). Esto hizo que su libro The Road Ahead fuera uno de los más vendidos en 1995. De lo que no cabe duda es que las innovaciones amparadas por Gates han permitido la rápida difusión de la informática personal y han cambiado sustancialmente la forma de transmitir y consumir información.

A pesar de todos los errores estratégicos que ha cometido Microsoft, más del 90% de todos los PC's del mundo funcionan hoy en día con Windows y mantiene una cuota de mercado del 75% en los navegadores con Internet Explorer. Aún hoy, Microsoft obtiene la mayor parte de sus beneficios de miles de millones de su sistema operativo "Windows" y de sus productos "Office". Pero parece que el viento ya no sopla como antes y el navío empieza a tener problemas para mantener el rumbo. Las novedades no han convencido, la ultima versión del sistema operativo, Windows Vista, se reveló incompatible con muchos programas y periféricos. Incluso la compañía se ha visto obligada a seguir suministrando Windows XP, pero dejará de hacerlo el próximo lunes 30 de junio. Esta claro que se enfrenta a desafíos completamente nuevos que le plantean numerosos y potentes rivales. Después de las fracasadas conversaciones de fusión con Yahoo!, el objetivo era Google, líder del mercado en el negocio de la publicidad online, y tampoco fructificó. Empresas como Google o IBM son una competencia directa por ofrecer software gratuito en la red que le quita numerosos ingresos por el cobro de las licencias a Microsoft. Cada vez son más las voces que anuncian el fin del software al estilo tradicional (empaquetado) para los próximos años. Nuevos proveedores, como SalesForce, que ya no venden las aplicaciones en paquetes ni dan las correspondientes licencias, sino que las suministran como servicio a través de la Red, han cosechado un éxito considerable en tiempos recientes. Simultáneamente, las ventas de computadoras Macintosh de Apple, que no utilizan los programas de Microsoft, aumentaron notablemente desde hace un año, subiendo más de 5%.

Con todo este panorama y 52 años de edad, Bill Gates, una de las personas mas influyentes del ultimo cuarto del siglo XX dice que se retira a cumplir una función altruista, dejando atrás una empresa multinacional que registró un volumen de negocios anual de 52 mil millones de dólares el pasado año y actualmente emplea a unas 80.000 personas en total. Entregará por completo las riendas de Microsoft a Steve Ballmer, un antiguo compañero de estudios de Gates que se incorporó a la empresa en 1980 y que desde el año 2000 ocupa el cargo de consejero delegado de la misma, aunque Bill se pasara una vez a la semana para influir y ver cómo va su “pyme”. El cofundador de Microsoft, y durante mucho tiempo hombre más rico del mundo se quiere dedicar sobre todo a fines benéficos. Se supone que lo hará a través de la Bill & Melinda Gates Foundation, que tiene un patrimonio estimado en 37.300 millones de dólares, mas de 500 colaboradores y ha invertido más de 16 millones de dólares en los respectivos programas desde su creación en 2000. Su capital supera incluso los ingresos nacionales brutos de muchos países y la convierte en la fundación más rica del mundo. Por si esto fuera poco, recibió hace unos meses la mayor inyección de fondos del banquero de inversiones norteamericano Warren Buffett (el hombre más rico del mundo con una fortuna privada valorada en 62 mil millones de dólares, según la revista "Forbes"). Buffet, albacea de la fundación, quiere destinar en el futuro el 85 por ciento de su patrimonio a fundaciones benéficas.

Pero lógicamente si miramos la letra pequeña nos daremos cuenta de que no es oro todo lo que reluce (quizá para Bill, sí). Es realmente irónico: según el diario Los Ángeles Times, invierten en brindar salud y educación a poblaciones que viven en zonas en las cuales también la Fundación invierte en empresas que contaminan esas zonas, fomentando enfermedades y degradación en las condiciones de vida de sus habitantes. Por un lado te doy salud y educación, por el te poluciono el ambiente; 423 millones de dólares fueron invertidos en Eni, Royal Dutch Shell, Exxon Mobil corp., Chevron Corp. y Total of France instituciones que son las principales responsables de crear altos niveles de contaminación en la región del delta del Níger. A la vez, se invierte en la salud de los habitantes de esa región, 128 millones fueron donados para luchar contra la polio y ayudar a una enorme parte de la gente de esta zona del Níger. Es raro que un tipo tan inteligente como Gates entre en esta contradicción, ¿o no? Este sin sentido se podría explicar en parte, pensando en hacienda, porque según la ley fiscal de Estados Unidos, cada dólar que se aporta a una fundación es como si se pagase en impuestos. Con lo cual, lo que ha hecho la familia Gates, es dedicar a su fundación el dinero que debía pagar de impuestos al fisco. Cierto es que, estando podridos de dinero, al menos, aportan algo a un mundo con numerosas necesidades y que pese a su hipocresía hacen mas que otros muchos ciudadanos con fortunas escandalosas.
En cualquier caso y pensando en el personaje, creo que su influencia en la sociedad en la que vivimos es enorme y por tanto se merece todo un análisis profundo. Os dejo unos enlaces por si queréis informaros:


Adiós Bill, espero que te "comportes" tan bien en la filantropía como lo has hecho en los negocios.

martes, 24 de junio de 2008

Obama, ¿todavía crees tú en el cambio?



"
Barack Hussein Obama es su nombre. Su segundo nombre es el apellido del antiguo tirano de Irak, y su apellido rima con Osama. Eso no es sencillo de superar en América".
John Stewart, cómico y presentador de The Daily Show

Hace apenas un par de semanas, después de unas primarias interminables y una lucha incruenta a través de los medios de comunicación, Hillary Clinton por fin reconoció su derrota en la carrera por la presidencia del Imperio intergaláctico. Con su retirada y anuncio de apoyo a su rival demócrata –habrá que ver hasta qué punto se implicará en esta ayuda-, quedaba definido el duelo por el puesto más poderoso del planeta entre John McCain, senador de Arizona, y Barack Obama, senador por Illinois, el político capaz de arrastrar muchedumbres de 75.000 personas cual estrella legendaria de rock. La gran pregunta ahora es: ¿Será Barack el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos? Y si lo consigue, ¿quedará algo de su apuesta renovadora y mensaje de cambio real? ¿Nos seguimos tragando su eslogan de Chance - We can believe in? El pesimismo inunda a esta cabeza bobolonga a la hora de contestar este interrogante.

Que vaya a ganar o no, le corresponde elucubrar al reino de los sesudos analistas, politólogos y think tanks que brotan como setas en el país que adora definirse con un sinécdoque continental: América. Se podría decir que, si no lo consigue en esta ocasión, con todas las circunstancias a favor, tendrá que pasar otro siglo para que un negro vuelva a tener opciones. Pero también los aficionados del Atleti han dicho muchas veces aquello de, "si no ganamos al Madrid este año, tal y como está... ¡no les ganaremos nunca!". Y zas, al minuto dos, Ronaldo o Raúl jodían la ilusión del pueblo rojiblanco, con la inestimable colaboracion de Pablo, Perea o el que pasaba por allí en ese instante... Pues lo mismo le pasa a Obama ahora, de cara al partido de noviembre con el septuagenario McCain, con un carisma a años luz y con la sombra gigantesca del desastre del doble mandato de Bush. O sea, si los demócratas no arrasan a los republicanos este año...


El caso es que los demócratas lo tienen a huevo. El índice de aprobación de George W. miento y miento y no pasa nada Bush es el más bajo desde que la empresa Gallup estrenase este medidor allá por la época de Harry Truman, un curioso personaje que tiró dos bombas atómicas y al que se considera de los presidentes más prestigiosos (¿¡ein?!). Sólo Jimmy Carter en plena crisis del petróleo tuvo una popularidad más por los suelos. Apenas un 30% de irreductibles estadounidenses dan por bueno los ochos años de WarBush, periodo que incluye dos guerras con más de medio millón de civiles muertos por el camino, su inestimable ayuda militar para colocar el petróleo a 130 dólares el barril, el colapso del mercado inmobiliario, el socavón con la crisis de las hipotecas basura, la inapelable recesión, la conculcación del derecho internacional vía invasión ilegal de Iraq y cárceles secretas y la violación de los derechos humanos básicos legalizando los métodos de tortura en Guantánamo (Amnistía Internacional lo explica muy bien). La lista es larga y tenebrosa, pero afortunadamente al cowboy de Austin le quedan dos telediarios para poder ir a dar charlas a Georgetown junto a su amigo Ansar (la web losgenoveses recopila lo mejor del hombre del bigote).

Además, junto a la mediocridad y salvajismo intelectual del hombre que se atragantaba con las galletas, se prevé una debacle republicana en las dos cámaras del Congreso, donde los demócratas pueden ampliar y mucho las distancias. Según la empresa demoscópica Rasmussen, hasta diez senadores republicanos que defienden su escaño están o por detrás o en empate técnico con sus rivales demócratas, y en la Cámara de Representantes el palo se avecina mucho mayor, con proyecciones de +30 o +40 a favor del partido de Roosevelt y Kennedy. Para muestra, el botonazo de las recientes elecciones en tres distritos históricamente híper republicanos, enclavados en el sur más profundo y reaccionario. En los tres comicios, los candidatos demócratas han arrasado a sus contrincantes conservadores.

Barack no tenía nada que hacer frente a la todopoderosa maquinaria de los Clinton, pero hete aquí que la aparente sinceridad de su mensaje y los llamamientos a construir una nueva política alejada de los grupos de interés de Washington y los poderes fácticos militares, fue enganchando a miles y miles de ciudadanos por todo el país. Con una retórica excelente, una pose muy presidencial y un discurso alejado de los cuchillazos de su oponente Hillary, Obama ha ido llenando estadios y dando forma a la llamada Obamania, traducida en ocasiones en una histeria estilo Beatle que no se recordaba en la política desde los tiempos de Aznar con su camisa rosa y jersey al hombro en la plaza de toros de Valencia. ¡Olé, Ché Mari!

Pero trazadas las previsiones, lo que realmente interesa a este post que quisiera ponerse una pegatina de "Change - We can believe in’ es el tortuoso camino que ha emprendido, y que seguramente seguirá recorriendo Obama. El político unificador que ha construido su popularidad hablando de salvar las etiquetas, de tender puentes y olvidarse de las diferencias de raza, religión, clase y género. El hombre que quiere que sus compatriotas vean el 11-S no como un medio para asustar a la gente, sino como una oportunidad para construir alrededor de EEUU en el mundo, y que fustiga las viejas formas de hacer política, corre peligro de perder el equilibrio. Es cierto que defiende acabar con las rebajas de impuestos a los más ricos que hizo ley Bush para devolver favores prestados a quienes le mueven los hilos, y también es verdad que, de momento, se ha opuesto a la brillante idea republicana de perforar a lo largo de las costas de Estados Unidos para buscar más petróleo y, de paso, joder un poquito más el planeta.

Además, está teniendo que hacer frente a una campaña de navajazos xenófobos en forma de rumores en la red, desde que juró la Constitución en el Senado con un Corán en la mano hasta que estuvo dos años en una madraza mandando cartas de amor a Bin Laden. Con inteligencia y gracias a su legión de seguidores, Obama ha optado por desmentir uno a uno esos ataques y combatirlos fieramente en fightthesmears.com. Sin embargo, hay señales inquietantes en el rumbo del ilusionante político. Barack ya ha renunciado por el camino a su pastor de toda la vida, a su iglesia de toda la vida, a amigos de toda la vida y a convicciones de toda la vida. Este abogado que ganó su fama en Chicago apostando a fondo por defender los derechos de las comunidades pobres y las minorías, y uno de los pocos que se opuso a la invasión de Iraq desde el principio -aunque estuvo ausente de la votación en el Senado en 2002-, ya no parece ni tan fresco, ni tan idealista ni tan deseoso de dar un vuelco al sistema politico estadounidense.

Al darse de baja de la iglesia en la que se casó y bautizó a sus tres hijos, la Chicago Trinity Church, conocida por sus iniciativas sociales, Obama ha querido distanciarse de ciertos sermones muy por encima del nivel de izquierda que se permite en la nación de lo políticamente correcto. Además, ha renegado ya varias veces en público de Jeremy Wright, su pastor de toda la vida, que en sus homilías atizaba y duro la política exerior del país –"América se ha buscado el 11-S" y ponía el dedo en la herida del racismo social. Un religioso con inudables señales de egolatría patológica y fanático de Su verdad y nada más que Su verdad, pero al que no se le puede negar su tremendo trabajo en las comunidades pobres de Chicago. Por otra parte, si ahora es tan malo, cómo es posible que Obama no se diese cuenta antes, durante sus 30 años de relación.


Al principio Barack hablaba de una Amética en la cupiesen todos, de integrar desde los blancos fascistoides de Alabama nostáligos del régimen confederado a las minorías negras defensoras de la violencia de las panteras negras o del racismo a la invesa de la Nación del Islam y su vitriólico líder Louis Farrakhan. Pero parece ser que su América ya no es tan ancha, y lo mainstream ha acabado imponiéndose. Así, tambien ha corrido raudo a desmentir cualquier vínculo con Bill Ayers, un ex guerrillero urbano que puso bombas a finales de los setenta y que desde hace años trabaja en las comunidades pobres de Chicago. "Aaaah, yo creía que ese tipo no era así..., me ha decepcionado y ya no es amigo...", ha repetido Obama, sin tener en cuenta que Ayers, que ha reconocido que su radicalismo fue producto de un momento específico en la historia, en la América rancia de Nixon y Vietnan, tiene derecho a la reinserción, y hasta hace unos meses era un tipo válido para reunirse con él.

Más preocupante es su actitud ante la continua -y maliciosa- pregunta acerca de si es musulmán. En vez de decir: Y si lo fuese, ¿pasa algo, eh? No, Obama recita de memoria que es un hombre de fe cristiana, rechaza con vehemencia esa vinculación al islam y subraya que, aunque su papá era keniata, su mamá blanca le inculcó el cristianismo. La comunidad de estadounidenses de origen árabe le pide un paso al frente en este sentido, pero el político de Chicago da un salto hacia atrás, como ha demostrado la reciente limpieza étnica de dos mujeres musulmanas en un mitin de Obama, obigadas a abandonar sus asientos cerca del candidato para irse al fondo a mano derecha, porque la cohorte de asesores de Barack tenía miedo de que saliesen en la tele cerca del elegido...

Hay otro pequeño detalle, a simple vista sin importancia, pero para este ágora de una dimensión inquietante. Obama, al que el 10% de la población gringa sigue considerando musulmán (¡¡que miedooooll!), se pasó prácticamente toda la campaña con su traje políticamente correcto pero, ay alma de Dios, sin el pin con la bandera de Estados Unidos. Este hombre osó dar mítines y recorrer la América profunda sin las barras y estrellas en su solapa, e incluso acudir sin ella a un plató de Fox News, santuario mediático de la ultraderecha. Pero la presión para que se enfundase en la bandera ha sido demasiado poderosa. ¿Por qué no lleva el pin?, ¿es que no le gusta Estados Unidos?, ¿no será acaso un terrorista camuflado?, ¿es eso un patriota?, ¿se puede votar a un presidente con apellido musulmán? La retahíla de bocados de la jauría conservadora le ha hecho fijar ya la banderita a su chaqueta en cada comparecencia pública.


Por último, en cuanto a sus políticas de cambio, van camino de aguarse hasta saber peor que un Ron no venezolano. A saber: su cobertura sanitaria universal ya no lo es tanto, y aboga por una privatización parcial del sistema, por lo que los 40 millones de estadounidenses sin cobertura sanitaria parece que tendrán que esperar otros cuatro años y el advenimiento de un milagro. También, la política exterior defendida por el Barack del comienzo de las primarias era un rotundo volantazo al rumbo imperialista neocon y su Proyecto para el Nuevo Siglo Americano: retirada acelerada de las tropas de Iraq, diálogo con Irán, alejamiento de la identificación absoluta con Israel e incluso replanteamiento del embargo a Cuba, dejando claro que estaba dispuesto a sentarse con Raúl Castro. Todos estos buenos propósitos se van difuminando, y ahora parece más cerca de conjugar el estribillo del Eje del Mal y replantearse su apuesta por la retirada de Iraq, o al menos aplazarla durante un tiempo.

En un discurso ante la comunidad judía de Estados Unidos en el AIPAC, el lobby pro-israelita más poderoso de Washington, pronunciado el 4 de junio, soltó perlas como que "Jerusalem permanecerá como la capital de Israel y debe mantenerse como una ciudad no dividida". Al mismo tiempo, rechazó "el derecho de retorno" de los exiliados palestinos, casi cuatro millones, porque "la identidad de Israel como un estado judío debe de ser preservada". Con su rotundo apoyo a la unidad de Jerusalem, Obama se cargaba de un plumazo, al menos dialécticamente, la política exterior estadounidense, que, incluso en los tiempos más oscuros de los neocon, siempre ha apostado por la co-capitalidad de la Ciudad Santa, una vez se de carta de naturaleza al estado palestino.

Uno aún no pierde la esperanza de que, aunque blanqueado, Obama alcance la poltrona presidencial e insufle al menos un aire multilateral a la politica exterior. Que la haga menos belicista –cosa bastante fácil por otro lado- y, paralelamente, no abandone ciertas reformas sociales domésticas que mitiguen los daños colaterales del libre mercado fundamentalista que opera en Estados Unidos. Cualquier ser después de Bush a todos nos sabe mejor. Pero la sensación de que ha ido entregando principios en su batalla con Clinton, y los seguirá enterrando en su carrera con McCain, cada vez es más evidente. Yo también compartía con la chica Obama eso de I got a crush on Obama (Tengo un flechazo con Obama), pero ahora entono con punteo de Jimmy Page, I’ve been dazed and confused for so long ist not true...

martes, 17 de junio de 2008

Lee dispara a Harry Callahan



Hollywood anda revuelto. Un negro critica a un blanco y éste le manda "cerrar la boca". Hay una fisura en el reino de lo políticamente correcto porque el resbaladizo tótem del racismo ha sido profanado. El mega respetado Clint Eastwood, alabado por crítica y público, ha sido cazado en la trinchera por las afiladas balas del francotirador Spike Lee. El director neoyorkino clama al cielo porque "no sale un solo afroamericano" en la doble entrega de Eastwood sobre la Segunda Guerra Mundial: Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. Pasada la tempestad de los primeros exabruptos entre ambos, Os Bobolongos se pone la toga de juez y aprovecha para preguntarse quién tiene razón. Como todos sabemos que la verdad absoluta no la puede esgrimir nadie, el veredicto es contradictorio e iconoclasta: el cine de Clint es magistral y no margina a ninguna raza, pero sus palabras fuera del plató, sí.

En un lado del cuadrilátero está Clint Eastwood, alias el clasicómano, el Jinete Pálido, érase un actor en un tiempo pretérito a una Magnum pegada y el hombre que encontró el amor en Los puentes de Madison. En la otra esquina, Spike Lee, alias lengua eléctrica, Malcom 35mm, sexto hombre de los Knicks y conciencia negra del gremio cinematográfico. "Un tipo cómo él debería cerrar la bocaza", lanza en jab Clint desde las páginas de The Guardian. "Para empezar, él no es mi padre y ya no estamos en una plantación de algodón. Vamos, Clint. Suenas como un hombre viejo y cabreado", responde de uppercut Lee.

La disputa entre los dos cinegoastas parece que viene de lejos. "Ya se estaba quejando cuando filmé Bird en 1988. Decía, ¿por qué un chico blanco haría una película cómo ésta? Pues bien, fui el único tipo que la hice, esa es la razón. Él podría haberse adelantado y hacerla, pero creo que estaba ocupado en otras cosas", recuerda Harry Callahan. La Fiebre salvaje de Spike prefiere obviar ahora esa pequeña obra maestra de su antagónico, repleta del color negro del sublime jazz de Charlie Parker, y centrarse en la visión te americano eastwoodiana de la II Guerra Mundial. "Hubo muchos afroamericanos veteranos de la guerra que se disgustaron al comprobar que no aparecía un sólo afroamericano en Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. Ésa fue la versión de Clint: el soldado negro no existió. Yo tengo una versión diferente“, raja Lee.

Efectivamente, Spike tiene una versión diferente que, curiosamente, está cerca de su estreno: Miracle at St. Anna, en español algo así como Batalla a muerte en la colina de los caucásicos, imaginando los inescrutables designios de la traducción en su distribución cinematográfica en Iberia. Durante su visita al reciente festival de Cannes, aprovechó para promocionar la citada película, que aborda la lucha de una divisón comopuesta en su totalidad por soldados afroamericanos, la División 92 Búfalo, que se desplegó en Italia. Dado que Cartas desde Iwo Jima se centra casi todo el tiempo en la visión del soldado japonés, Spike Lee critica sobre todo la monocorde palidez de Banderas de nuestro padres: "Alguien le advirtió a Eastwood de la ausencia de negros en su film cuando todavía podía haberla corregido y no quiso hacerlo. Pregúntenle por qué".

"¿Pero ha estudiado alguna vez historia?", brama Sin perdón Clint. "Él dice que había un pequeño destacamento de tropas negras como parte de una compañía de municiones, pero ninguno de ellos izó la bandera, y la película trata sobre esa famosa foto. Si hubiese puesto algún afroamericano ahí, la gente me habría dicho que perdí la cabeza, porque no sería una recreación fiel y exacta. ¿Qué quiere que haga? ¿Un anuncio publicitario en pro de la igualdad de oportunidades? Yo no juego a eso, sino que hago una lectura histórica. Cuando hago una película en la que debe haber un 90% de negros como en Bird, utilizó un 90% de negros". Sin embargo, al parecer, Spike es un erudito de la historia. "Si quiere, puedo reunir a los afroamericanos que lucharon en Iwo Jima y decirle que no significaron nada, que nunca existieron. No me estoy inventando esto. Conozco la historia, soy un estudiante de historia. Y sé la historia de Hollywod y su omisión continua del millón de hombres y mujeres afroamericanos que constribuyeron a la victoria en la Segunda Guerra Mundial“.

La clave para está en esa útima afirmacion de Lee, en el término de "contribuir" en vez de "luchar". Porque, de los 250.000 soldados aliados en primera línea de batalla en el Pacífico, el número de afroamericanos fue, según las cuentas de Wikipedia, de unos 700, la mayoría en labores de apoyo (cocineros, conductores, etc), aunque una parte de ellos sí que se jugó la vida en las islas. Dado el racismo imperante en Estados Unidos en esa época, eran segregados y casi nunca fueron integrados en unidades de combate con blancos. Eso sí, hubo unas pocas unidades formadas exclusivamente por negros que, como contará la película de Lee, lucharon de forma regular en Italia y, en momentos críticos como la batalla de Las Ardenas, mano a mano con los blancos.

Así que, históricamente, los argumentos de Eastwood parecen funcionar. No tiene ningún Plan Oculto xenófobo. Porque si se examina su trayectoria como director, parace también una boutade acusar al viejo Clint de racista. Aparte de Bird, en su cine han aprecido últimamente personajes negros y écticamente superdotados: el amigo cuya muerte desencadena la venganza de Eastwood en Sin perdón y el entrenador asistente en Million dollar baby, ambos interpretados por Morgan Freeman. Y, en el horizonte, The Human factor, donde abordará los primeros años de la presidencia de Nelson Mandela en Suráfrica. Al currículum del director californiano hay que sumar la propensión de terremoto Spike a prender mechas y cuestionar las vacas sagradas del séptimo arte, espíritu por otra parte muy saludable. Como muestra, la andanada que dedicó hace unos años al cronista mayor de La Gran manzana, Woody Allen: "Ha hecho veinte películas y yo nunca he leído por qué no ha incluido jamás a gente de color en sus películas".

Pero, aún absolviendo de racismo subliminal al señor Eastwood, al mandar a callar a su colega de profesión utilizando el más puro estilo zafio-Borbónico, la bandera de su razón queda agujereada. La frase "un tipo como él debería cerrar la boca" suena demasiado rancia y reaccionaria, como cuando aseguró que mataría a Michael Moore si se metiese sin permiso en su casa para manipular su imagen, como hizo entrando en el hogar de Charlton Heston para Bowling for Columbine. Cuidado, Clint, deja enfundada la Magnum de Harry Callahan y sigue con la cámara de National Geographic de Robert Kincaid.

sábado, 14 de junio de 2008

'Date el bote', humor a bote pronto



El concurso Date el bote, uno de los programas más vistos de la televisión pública vasca con un 26% de cuota de pantalla en la ETB-2, siempre es una apuesta segura para la carcajada. La gente suele responder lo primero que se le pasa por la cabeza y la rapidez del formato hace que el cúmulo de burradas se multiplique. Presentado por Carlos Sobera y producido por Globomedia, ya supera los 800 programas en antena desde el inicio del formato en octubre de 2001. La mecánica del concurso es la siguiente: se enfrentan dos grupos de cinco personas que compiten durante la semana respondiendo a preguntas de cultura general, y el que consigue más aciertos se lleva el bote de dinero acumulado en esos cinco días.

De entre las más de 100.000 preguntas y unos 1.700 concursantes que han pasado por el programa, el agente Queco nos ha suministrado tres enlaces geniales para partirse la caja... ¡Tiempo de ejercitar la mandíbula!


Esas locas respuestas...

El peculiar sentido del humor vasco...

Sobera, al borde del colapso por exceso de hilaridad

jueves, 12 de junio de 2008

Con las manos y en la masa


Alquimista de los alimentos, arquitecto de una cocina en fluido equilibrio y dueño de la ética hermosa del amigo, Ikk, seudónimo que envuelve las aromáticas capas de nuestro querido mago Chazam, ha alumbrado un blog que abre el apetito. Food & Feelings es el nombre de esta bitácora que combina recetas deliciosas, propuestas culinarias originales y versos al albur del calorcito del fogón. Desde Os Bobolongos saludamos este manjar en red dando tirabuzones en el aire y poniéndonos la servilleta por corbata. A disfrutar de la buena comida de este estupendo chef y de las suave poesía que lo acompaña. ¡Bon appétit!

martes, 10 de junio de 2008

El ataque de los vampiros de Bruselas


1 de mayo de 1886, cientos de miles de obreros de Estados Unidos inician una huelga general que dura varios días para conseguir la jornada laboral de ocho horas. Revueltas, manifestaciones y ejecuciones de sindicalistas de por medio, los representantes de la patronal finalmente acceden a la demanda a finales de ese mismo año. En 1889, la Segunda Intenacional proclama el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajador en homenaje a los anarquistas asesinados, los Mártires de Chicago, y a la conquista de la jornada de ocho horas.

Anoche tuve una pesadilla espantosa. Estaba en el trabajo, acabando mi jornada. Apagué el ordenador y saqué el mp3 segregando jugos pensando en lo que escucharía camino a casa, para limpiar mi cerebro de los códigos binarios del curro. El sol se estaba poniendo, había sido und día productivo, y quería auto recompensarme con una hermosa birra (o dos). Me dispondía a coger el ascensor hacia la puerta de salida. Tardaba y tardaba. Parecía que todo el mundo se habia puesto de acuerdo para salir a la misma hora. Escuché una tema entero –y uno de los largos de Wolfmother-, y el ascensor seguí sin subir. ¿Pero qué diablos...?

De pronto me di cuenta de que la planta estaba desierta, que no había visto a ningún compañero en los últimos diez minutos. Me quité los cascos y... ¡¡bumm!! Quedé atónito. Un coro de gritos de diferente modulación recorrían las escaleras y pasillos del edificio. Hombres, mujeres y niños chillando de horror... El miedo me consumía.. ¿qué estaba pasando? Decidí salir por piernas del edificio cuando, por fin, sonó la señal de llegada del ascensor. Ansioso, con la garganta seca y la mente nublada, me abalancé dentro de él... pero cuando se abrieron las pueertas.. ¡¡¡aaaaaaahhhhhhh!!! Un tipo trajeado con los colmillos de Nosferatu saltó sobre mí y mordió despiadado mi cuello entre gruesas risotadas. Mientras me succionaba con saña, por mi cabeza pasaban los rostros desfigurados de Jimmy Hoffa, Lionel Jospin y Marcelino Camacho en un alarido mudo... Lo siguiente que recuerdo es que estaba tecleando de nuevo frente al ordenador, mientras la noche se cerraba tras la ventana...

Por si había alguna duda de lo que se trata realmente la Unión Europea, su alma vampírica ha quedado más que desnudada tras el mayor zarpazo a los derechos de los trabajadores del último siglo. La Unión Europea del Capital, ese club de burócratas que se excita en cada reunión cuando junta el prefijo neo con su querido vocablo liberalismo, ha decidido resucitar a Margaret Thatcher y Ronald Reagan para crear un vástago del que ambos estarían orgullosos. La Europa de las compañías corporativas han alcanzado un acuerdo para ampliar la jornada laboral por encima de las actuales 48 horas semanales, previo acuerdo entre el trabajador y el empresario. Así lo han decidido los ministros de Trabajo de los 24 países de la UE, a excepción de España, Grecia y Chipre. Qué razón tenían Francia y Holanda en votar en su día NO al tratado constitucional europeo.


En virtud de pactos individuales, empresario y trabajador podrán alargar la jornada laboral hasta 60 horas semanales, calculadas como media durante un periodo de 3 meses, e incluso hasta 65 horas en el caso de guardias médicas. En el caso de los galenos, los quebrantahuesos de la UE se han cebado si cabe un poquito más, ya que la directiva no considera tiempo de trabajo el periodo inactivo de las guardias de los médicos, algo aberrante que incluso va en contra de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

Como el tiempo se computa como promedio durante tres meses, las jornadas se podrán alargar hasta las 78 horas, completando por fin el sueño dorado del buen empresario: un currante que trabaje por dos y cobre como si fuese medio. La medida, que aún debe recibir el visto bueno del Parlamento Europeo, va aún más lejos y permite superar las 65 horas laborales si hay un acuerdo entre los interlocutores sociales o si así lo establece el convenio colectivo. Además, como espectacular colofón a tan revolucionaria reforma, los contratos de menos de 10 semanas de duración no quedarán cubiertos por estas disposiciones, y por tanto no tendrán ninguna limitación de horas de trabajo. Estos contratos Flash -llamarlos temporales sería un exceso- permiten, en teoría, trabajar 24 horas al día durante 10 semanas. 240 horas empaquetadas con un lacito. Ideal para periodos picos en la producción. Dudo muchísimo que compañías pioneras en el cuidado social del currante, como las que gestionan servicios de teleoperador, hagan uso de esta posibilidad...

En teoría, el acuerdo contempla una serie de salvaguardas para garantizar que los trabajadores aceptan sobrepasar las 48 horas semanalas voluntariamente, y no forzados por temor al despido. El empresario deberá obtener un consentimiento por escrito del trabajador para ampliar la jornada, y este documento deberá renovarse cada año. Paralelamente, el acuerdo no podrá firmarse en el momento de la rúbrica del contrato ni durante las cuatro primeras semanas de la relación laboral. Pero son sólo paños calientes para justificarse ante la ciudadanía, y hay que ser my ingenuo para creer que evitarán la nueva era de explotación laboral contemporánea.

Parafraseando las palabras atribuidas a Bertol Brecht –que plagió de otro dramaturgo de la época-, primero vienieron a por la educación, pero como yo ya me había licenciado no hice nada. Luego vinieron a por la sanidad, pero como yo no me pongo nunca malo, tampoco hice nada. Y fnalmente vinieron a por los trabajadores, y cuando quise hacer algo ya me habían dado por Detroit. La Europa de la educación concertada, los hospitales gestionados por las constructoras y las politicas dictadas por un club no elegido en las urnas (la Comisión Europea) dirige ahora su hambriento apetito al trabajador. Ya que privatizamos todo, hagámoslo también con el tiempo libre de los currantes.

Los insignes ministros de Trabajo de la UE, adoctrinados por sus democráticos gobiernos, deberían ir más allá y no quedarse en esta tontería de quítame aquí unos derechos y ponme una docena de horas más. Como ellos definen esta ampliación bajo el eufemismo de "free choice" (libre elección) del trabajador –el Capital siempre ha sabido envolver esponjosamente su codicia: fuego amigo, daños colaterales....- , desde Os Bobolongos recomendamos una batería extra de medidas que hagan de Europa la vanguardia de la política laboral del mundo: Free blow jobs (mamadas libres) al jefe cada mediodía. Por supuesto, tambien opcional y previo acuerdo súper libre entre el empresario y el trabajador, faltaría más. Free back door. Lo mismo, pero permitir al capataz que te de por detrás, muy libre y opcional, claro está. Podría ser a primera hora, para definir bien la jerarquía corporativa desde el café de la mañana. Free extra hour. Bueno, esto es de cajón. Como esta reforma pseudo-socialista podría acabar con las horas extras sin remunerar, entrañable vínculo entre el trabajador –sobre todo español- y el empresario, la free extra hour permitiría seguir haciendo horas extras tras la jornada pactada de 60 horas.

Para los que dicen aquello de "¿para qué voy a votar?", "todos los políticos son iguales“, "yo no soy de izquierdas ni de derechas", "lo único que me importa es que me suban el sueldo", bla, bla, bla..., hay que recordarles dónde arranca esta iniciativa. El eje Mediterráneo -Francia, España e Italia- ejercía desde hace años la minoría de bloqueo contra los países centroeuropeos y Gran Bretaña, ansiosos de tragarse de un bocado al trabajador. Pero un buen día los franceses votaron a su pequeño Napoleón, Nicolas Sarkozy, y otro día los italianos votaron a su Vito Corleone –perdone la comparación, señor Brando-, Silvio Berlusconi, y la romántica pareja ha remado junta para poner el puño sobre el currante. El chambaleo es tan grotesco que Francia ha apoyado el aumento de la jornada laboral a cambio de que el primer ministro británico, Gordon Brown, del Partido La-Bo-Ris-Ta, apoye por su parte la reforma –aún más flexible- de las agencias de trabajo temporal. Así, directiva a directiva, el estado social europeo se va destruyendo.

La verdad es que esta Europa cada vez tiene más cara de novela de Orwell. Lo de ocho horas para el trabajo, ocho para el ocio y ocho para dormir (algún compañero de Os Bobolongos a veces coge prestadas 6 horas de sueño para computarlas en ocio...) será una leyenda aúrica que contaremos entre lágrimas a nuestros nietos. Cada vez somos más en el mundo, pero en vez de repartir la carga de trabajo para combatir también el desempleo, se camina imparable hacia el sueño del empresario: que un trabajador curre por dos. Aunque en realidad, alargar la jornada de trabajo sea una daga al corazón de la productividad: España es el mejor ejemplo, si voy a estar 12 horas en la oficina, me echaré 7 cigarritos, comeré en tres horas y surfearé otras tres. Eso a la Europa de las corporaciones no le importa. Sólo con los impuestos y beneficios sociales que conllevaría la contratacion de nuevos currantes, y que se van a ahorrar por la cara, ya van a hacer caja de sobra.

Por otra parte, la libertad de elección del trabajador en materia de jornada laboral es un cuento chino en un mandarín ancestral. Si no firmas esto te vas a la puta calle; La calle es muy fría; Detrás de ti tengo a 300 esperando para ocupar tu puesto, ¡y por menos dinero! no son versos del Romancero gitano, sino estrofas que sueltan por la boca los mil y un explotadores que campan por la piel de toro. Además, dejar al trabajador que pacte a solas con el empresario es renunciar a toda la historia legal y de lucha social colectiva. Claro que al capital y a cualquier capataz de tres al cuarto le encanta negociar de tú a tú con el trabajador, para que pueda ejercer el poder y la coacción sin ninguna restricción.
Te invito a trabajar a 55 horas.
Gracias pero paso. Invítame si quieres a un Santa Teresa on the rocks.
Vale, vamos al bar de abajo. Ah, pero antes, fírmame este finiquito, que me da la risa.
Destrozada la negociación colectiva, vía libre para el advenimiento de la segunda era industrial victoriana, pero sin un Dickens que escriba de las desigualdades.

Si a esta nueva ametralladora que se le va a regalar al empresario se une el nivel de servidumbre y la abdicación de la dignidad obrera en España, donde la gente hace y hace horas extras por la cara –las babosas trepas que reptan por doquier deberán llegar a las 80 horas semanales para ascender-, el futuro invita a subirse a la sonda Mars Explorer y pasar una temporada mirando a las estrellas desde el adusto desierto marciano. Además, ¿qué pasará con la seguridad en el trabajo?, ¿es que un tipo currando 60 horas a la semana no es más proclive a tener un accidente? ¿Y no queremos aumento de la natalidad? Porque con estos horarios, vamos, de follar ni hablamos...

Por ahora, sólo la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos ha advertido de que, de aprobarse la directiva, podrían convocar una huelga en toda Europa. Desde esta humilde ágora hacemos un llamamiento a la HUELGA GENERAL EUROPEA. Que despirten los anestesiados sindicatos y nosotros, los trabajadores sin conciencia de clase y con el cuello dolorido de tanto agachar la cabeza. Un buen revolcón en la calle es lo mínimo que se debería hacer.

Recojo por último un post dejado en El Mundo por Dreamer Otnaive al respecto.

Darwinismo social del duro. Pero no pasa nada, los partidos de la selección seguirán siendo en abierto y habrá ofertas para que sigamos consumiendo los recursos del planeta en diferentes formatos. Y mientras un joven médico se queda dormido operando a un peón de la construcción, el dueño del hospital y el de la constructora ya habrán escondido sus millones en algún paraíso fiscal. Lo que me repatea es que siempre estará el lame-culos de turno que considera que esto es natural, que no se puede cambiar. C'est la vie. Que la gente egoísta siempre gana y que mejor comerse las sobras de los buitres. O sea, la moral del esclavo. Yo siempre he preferido la ética de la liberación.

sábado, 7 de junio de 2008

Los nazis de guante blanco




La publicación de dos nuevos libros que exploran el nazismo a través de su íntima relación con las élites aristocráticas y burguesas alemanas nos permite volver a una de las constantes de este ágora: la adicción por la Segunda Guerra Mundial y la verdadera responsabilidad de unos y otros en este periodo atroz. Paralelo a este doble lanzamiento, la petición pública del alcalde de Berlín para retirar la estatua de cera de Hitler del futuro museo Madame Tusseud ha reabierto el debate en los medios de comunicación germanos respecto al pasado nazi y la utilización de sus símbolos. Dada la encendida polémica por la efigie de cera, y repasando los argumentos que presentan ambos libros, parece que la transición en Alemnaia está menos cerrada de lo que parece.

El pecado de los dioses (Taurus), del historiador Fabrice D’Almeida, se centra en la fascinación nacional socialista por la “la belleza fría” –fabulosa definición- , el gusto delirante por una puesta en escena hiperbólica y la enfermiza obsesión burocrática. Esta conservación de los datos era tan compulsiva en el recuento del exterminio judío como en las nimiedades más asombrosas. Tal es así que el régimen codificaba, clasificaba y guardaba los dibujos que los niños rubios del Reich le enviaban a Hitler por su cumpleaños, o las cartas de 6.000 mujeres que aseguraban se iban a suicidad por amor al Führer. Un monstruo de papeles kafkiano hasta el punto que llevó a la creación de la Adjudantur, una cancillería personal dedicada en exclusiva a los asuntos personales de Hitler.


En un estupendo artículo publicado en El País el pasado lunes, del también estupendo periodista Gregorio Belinchón, D’Almeida define el concubinato del nazismo con las élites alemanas como “una relación parasitaria”, en la que Hitler sacaba dinero y más dinero y el rancio abolengo de la sociedad germana alimentaba su enorme ego con su protagonismo en unos fastos cada vez más desquiciados: la nueva Cancillería del Reich de los mil años se proyectó para que midiese 700 metros. Se trataba de formar parte de una comunidad, de una élite elegida. El artículo cita como ejemplo la celebración del cumpleaños del número dos del régimen, Hermann Göring, el amo y señor de la poderosa Luftwaffe.

El 11 de enero de 1936, Hermann Göring, mano derecha de Adolf Hitler, comandante de la Luftwaffe, ministro presidente de Prusia, el hombre que conectó al Führer con la nobleza y la alta sociedad alemanas, celebró su 43º cumpleaños. Invitó a 200.000 personas a su fiesta y ofreció una cena de gala en la Ópera de Berlín. Mandó tapizar de satén color crema las paredes y las escaleras, y colocar una fuente artificial en cada uno de los cuatro ángulos de la sala. La Orquesta Nacional interpretó un repertorio de valses y música clásica. Las entradas se vendieron a 50 marcos, 10 veces más caras de lo habitual: la recaudación iría a los pobres. Sólo faltó Hitler, que excusó su ausencia alegando una enfermedad.

D’Almeida califica a Göring como “un tipo fascinante, defensor de, para mí, la clave del nazismo, la raza, un concepto muy de los nobles: mejor cuanto más puro sea tu linaje”. Conociendo la historia y atendiendo a esta descripción, no es difícil comprender entonces cómo Göring se entregó a los aliados al final de la guerra, dando una rueda de prensa en plan súper estrella a los periodistas extranjeros, convencido de que le iban a tratar como a un caballero y héroe militar. Al igual que la mayoría de los dirigentes de su calaña, el crimen cotidiano y el poder omnímodo le habían hecho vivir en una burbuja.

Por otra parte, al imaginar aquella desmesurada pompa del cumpleaños de Göring, con los oficiales uniformados bailando valses bajo espectaculares lámparas de araña, a uno le viene a la cabeza la genial obra de Luchino Visconti, La caída de los dioses, de curioso parecido al título del libro de D’Almedia, por cierto. Las estremecedoras escenas de la película con la familia de punta en blanco, en un baile de salón impregnado de decadencia, absolutamente enajenados de la realidad mientras el nazismo se derrumba afuera, bien podrían haber ocurrido en la realidad, en alguna de esas fiestas de estética hierática y derroche sin sentido.

La familia de la obra maestra de Visconti está inspirada en los Krupp, los grandes magnates del acero en la Alemania de entre guerras y en la época de la subida al poder nazi, fusionados hoy día en la poderosa corporación Thysen-Krupp, con unos ingresos tan impresionantes como los cadáveres que hay en su pasado. Pues bien, el segundo libro detrás de este post es El grupo Flick en el Tercer Reich, de Johannes Bähr, Axel Drecoll, Bernhard Gotto, Kim C. and Priemel y Harald Wixforth, recién editado en Alemania. El mérito de la obra es su trabajo de investigación exhaustivo, que ha llevado a los autores a investigar en los archivos nacionales de 39 países diferentes para desnudar a una familia coetánea a los Krupp, los Flick, santo y seña de la economía germana durante todo el siglo XX .

El patriarca de la familia, Friedrich Flick (en la foto de arriba) fue condenado a siete años de prisión en los juicios de Nuremberg por su implicación en el régimen nazi, especialmente por su participación en la llamada "Aryanization": el empleo de miles de seres humanos judíos como mano de obra esclavizada en las empresas alemanas. Los Flick, que hicieron su fortuna en el sector del carbón y el acero, se convirtieron en los hombres de negocio más exitosos del nazismo mirando hacia otro lado, adoptando una extrema frialdad y obviando cualquier dimensión ética. Llegaron a contar con 100.000 esclavos judíos para producir su riqueza. “No dudaron en ningún momento en subirse al carro con la llegada al poder de Hitler”, dice el libro, “la única prioridad eran los objetivos empresariales y la expansión de la compañía”. “La gente en las plantas ejecutivas sabía perfectamente quiénes trabajaban y cómo eran las condiciones de trabajo de sus empleados forzados”.


La connivencia de los aristócratas, encantados del misticismo y de la glorificación de la raza en las puestas en escena públicas del nazismo, y el abrazo al régimen de los avariciosos industriales, deseosos de bañarse en marcos aunque estuviesen manchados de sangre, vuelve a dibujar una verdad tenebroso de ese periodo: el apoyo masivo de todos los estamentos de la sociedad alemana al viaje al infierno de los nacionalsocialistas. Una ayuda inestimable, incluso de aquellos que dentro de muy poco el cine pintará como héroes, como el coronel Von Stauffenberg, autor del fallido atentado contra el Führer el 20 de julio de 1944. Lo de aquellos militares de alta graduación que montaron la operación Valkiria, y las razones de otros que lucharon por deshacerse de Hitler en los estertores de la guerra fue, como dice Fabrice D’Almeida, “pura supervivencia entre depredadores". "En realidad, sólo pensaban que Hitler los llevaba a la derrota y que tenían que eliminarle", añade el historiador. Porque cuando el lobo líder ya no porporciona comida, lo mejor es matarlo. No porque sea malo, sino porque ya no es eficiente.

martes, 3 de junio de 2008

Somehow, still breathing


En bobolongos adoramos la música. Es probablemente una de las artes con menos necesidad de aportación propia a la hora de disfrutarla. Espero que esto no se vea como la declaración de unos vagos redomados. Con solo dejarse llevar la música se convierte en un viaje delicioso. La canción avanza por el cauce de un río, y tu flotando sobre ella en una barquita que se sacude dulcemente con las notas (que cursi). Y esto nos pasa con las canciones de dear X, grupo afincado en Madrid y ya con experiencia en el universo indie. Además son amigos, porque negarlo. Pero si nos gustan no es por ser amigos, es porque son jodidamente buenos. A mis 32 años soy un ignorante, pero música he escuchado mucha y nunca me convertiría en seguidor de una banda solo por amistad. Y lo soy acérrimo.

Acaban de sacar a la calle su primer EP "Somehow, still breathing", un trabajo producido por ellos mismos que supuso un reto tanto económico como técnico. Y lo han superado con creces. Podría rellenar un par de párrafos con tecnicismos musicales, hablar de texturas, de influencias, etiquetarles, compararles con otras bandas, pero todo eso ya se ha escrito. Es preferible que los escuchéis para crearos vuestra opinión, y no que escriba yo mi parrafada subjetiva. Aquí os dejo su Web y su Myspace, donde podréis escuchar los temas del EP y conocer otros datos del grupo:



La presentación de este trabajo la realizaran el próximo 17 de junio en la sala Moby Dick. Si vives en Madrid y te han gustado los temas no dudes en acercarte porque su directo merece mucho la pena. Suerte, larga vida al rock ’n' roll y larga vida a dear X.

Caja tonta

Yo no consumo televisión. No me gusta. Me aburre. Solo se salva alguna retransmisión deportiva. Pero creo que el aparatito influye en lo que sucede y que marca cierta tendencia materialista y de imagen que afecta a gran parte de la sociedad. Supongo que por eso no me gusta. En España, desde mi punto de vista, no se hace televisión de calidad, solo se pretende vender a corto plazo. Los modelos se copian hasta la saciedad, se repiten estructuras que dieron dinero y se varían hacia lo esperpéntico para presentarlas como novedosas. No se da paso a ideas originales, enriquecedoras o transgresoras. Esto es generalizar pero es que solo hace falta ponerse frente al televisor una tarde para darse cuenta que lo que se te ofrece no es ni sincero, ni honesto, ni aprovechable, ni interesante, nada lo guardas en un cajoncito para enseñárselo a alguien que aprecies. Es una perdida de tiempo, pero no una perdida de tiempo de rascarse la barriga, no, es que además, embrutece.


Gustavo Bueno dijo: «La audiencia en la sociedad democrática, es la que manda y la televisión basura tiene que obedecer a esta demanda. Y no ya por razones éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia democrática. Lope de Vega, hombre de teatro, conocía las leyes del mercado siglos antes de la televisión: "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto."» Es decir que cada sociedad tiene la televisión que se merece. El mercado manda. Y es triste que sea así. Es triste una sociedad que engulla sin masticar ni procesar, y es triste que el potencial de la televisión este tan abandonado.


Una de las mentes más preclaras que conozco, Sileno Gaugamela, escribió: «Increíblemente para algunos, hay un 9 por ciento de personas de los que se enchufan a la "caja tonta" que se conectan a La 2 y la ideología de que si no vende es una mierda es denigrante para el ser humano. Por otra parte, ya que el espectro audiovisual está dominado por rayos catódicos de mediocridad no parece demasiado pedir mantener un reducto para los "inadaptados" que vomitan con los talk shows, los programas del corazón, los filmes para subnormales y los telediarios teledirigidos, valga la redundancia. Y lo que es más importante, la riqueza de una democracia se mide en función del respeto a las minorías, y sólo por eso habría que defender esa televisión pública que atrapa a una minoría sí, pero a una minoría fiel que disfruta con el conocimiento.» No puedo estar mas de acuerdo con el gran Sileno. Además, creo que esta idea no se enfrenta a la del profesor Bueno porque no toda la sociedad es necia, incluso hay una parte de ella que vive con el anhelo de hacer crecer su cabezita, evitando el bombardeo de estupidez mediatica que nos rodea.


Si esta usted harto de la dichosa tele, la solución es fácil. Primero, coja el mando de su aparato y busque en su parte superior. Encontrara un botón que generalmente es de color rojo. Sin temor, apriételo firmemente. Aquí no titubee, es importante que lo haga con convicción. Notara un silencio hueco que en los primeros instantes le generara inquietud y en algunos casos ansiedad. No se preocupe, es algo normal al principio. Respire hondo. Paulatinamente ira percibiendo una paz que no conocía. Esta agradable sensación esta exenta de publicidad, ideas pueriles, mentiras camufladas y manipulación. Además puede ser aderezada con una agradable conversación confidente con un amigo/a, con un libro de Cortazar, con un disco de John Coltrane, con un primaveral paseo descalzo por el parque, con una siesta reconfortante, e incluso con una contemplación del techo de cal pensando en el sentido de la vida. Esta percepción distinta de la realidad durara hasta el momento en que vuelva a pulsar el botón rojo. Como recomendación, saque las pilas y escóndalas en un lugar alejado del mando, y pasado un tiempo deshágase del aparato de televisión. Esto ejecútelo con nocturnidad sin que se enteren sus vecinos o le tacharan de subversivo e intentaran arrojarle a la hoguera.
Aquí os dejamos un enlace a cientos de canales on-line de decenas de países. Sobre todo para aquellos que están lejos de casa y sientan cierta morriña de su basura televisiva patria. Entre tanto canal supongo que alguno se salvara.




Consuman televisión con moderación, es su responsabilidad.