domingo, 27 de abril de 2008

"Rechazar toda tentación de ostentación, hacer carrera o de vanidad y a vivir con caridad, castidad y humildad"


Nos quedan aun muchos temas bobolongos por abordar, pero uno de los más importantes por su influencia en la sociedad es el de la religión. En la comunidad bobolonga es un asunto recurrente que en ocasiones despierta las iras furibundas de sus miembros, en su mayoría pecadores. De momento centrémonos en el catolicismo, una pinceladas de sus poderes fácticos y su relación con la economía en el estado español.

"Rechazar toda tentación de ostentación, hacer carrera o de vanidad y a vivir con caridad, castidad y humildad". Esta es la invitación de Benedicto XVI en su discurso durante la ceremonia en la explanada ante el Seminario de San José en la localidad de Yonkers, a las afueras de Nueva York. Bueno, bueno… que maravilla seria predicar con el ejemplo. Recuerdo mi adolescente, y por tanto atontolinada, visita al vaticano y pese a mi resaca brutal de pollo sin cabeza, aun quedan en mi memoria los brillos del oro y la tersura de las sedas. Joder cuanta humildad se respiraba. La Iglesia católica acaba de calificar como pecado "acumular excesivas riquezas" (yo soy pecador, pero no por este motivo), sin embargo… utiliza sociedades de inversión de capital variable (Sicav), con una fiscalidad más que atractiva. Estas sociedades, gestionadas por profesionales, tratan de rentabilizar en Bolsa parte de los fondos de la institución católica sin guiarse por otros criterios que los meramente financieros. Lo que no excluye, por ejemplo, comprar acciones de empresas farmacéuticas aunque fabriquen anticonceptivos. BI Gran Premiere, en la parte de la cartera destinada a renta variable extranjera, tiene acciones de Pfizer. La farmacéutica estadounidense es el fabricante de Viagra y de anticonceptivos como Depo-Provera. La cantidad que el arzobispado de Madrid, presidido por Rouco Varela, y el de Burgos, liderado por Francisco Gil, ha invertido en los laboratorios Pzifer ronda los 80.000 euros al año. Pero, además, la Iglesia también metió dinero en compañías licoreras y en fondos opacos. Recorcholis! En conjunto, las sociedades bursátiles del clero español tienen un patrimonio de 17,79 millones de euros (es accionista de empresas como Inditex, Endesa, Banco Popular o Telefónica...A través de Umasges, la sociedad creada por la cúpula eclesiástica). Rediós!!!. Semejante estrategia de inversión va en contra de la doctrina moral y sexual que promueven desde el Vaticano.

La bolsa de valores es un instrumento netamente especulativo, y como tal obviamente no tiene valores cristianos. Ahí se busca medrar y obtener ganancias sin medir las consecuencias de dónde vendrán las mismas.

En España la Iglesia Católica es una gran potencia inmobiliaria. No hay pueblo sin iglesia ni ciudad sin catedral, ni casi monte sin ermita. Se calcula que el patrimonio eclesiástico está integrado por 100.000 inmuebles. O dicho de otra forma, el 70% del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo está en manos de la Iglesia Católica. Y lo mismo puede decirse de Ávila, Burgos o Santiago de Compostela (...). Nadie sabe exactamente la cuantía total del patrimonio eclesiástico. La Iglesia no lo dice, escudándose en el funcionamiento diocesano de la misma.” (El Mundo, 22 de enero de 2002).

Hablemos de la relación del estado español con la iglesia en el periodo democrático. El acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre asuntos económicos data del 3 de enero de 1979, tan sólo unos días después de la entrada en vigor de la Carta Magna, pero negociados y pactados durante todo el periodo preconstitucional.

Los acuerdos preveían la sustitución progresiva de la dotación a la Iglesia con cargo a los Presupuestos Generales por un sistema de asignación tributaria por el que la aportación económica la harían las personas que así lo dijeran en la declaración de la renta.

El primer cambio "sustancial" de estos tratados tuvo lugar en 1987, cuando se aprobó una asignación tributaria para la Iglesia del 0,52% y con posterioridad se han garantizado los ingresos con aportaciones directas del Estado. El problema de la jerarquía eclesiástica era conseguir “recursos de cuantía similar” a los que venía disfrutando. El porcentaje de personas que rellenan la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta se ha reducido año tras año. En 1993 marcó esta casilla en su declaración el 42,73% de los declarantes, en 2002 se había reducido al 34,32% y en 2004 fueron un 33,46% los contribuyentes que eligieron esta opción. Este es el verdadero problema. De esta manera, la cantidad que adelantaba el Estado de los Presupuestos era cada vez mayor, en comparación a la que correspondía por las declaraciones de la renta. Como quiera que la Iglesia católica no reintegraba ni un euro, como se había comprometido a hacer por el Acuerdo Económico de 1979 y la Ley de Presupuestos para 1988, la deuda a favor del Estado iba en aumento. De esta forma, la Iglesia católica se ha embolsado desde 1992, cerca de 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas) de todos los españoles que no han sido reintegrados a la Hacienda Pública.

Lo cierto es que cuando una persona realiza la declaración de la renta, está liquidando su deuda con el Estado (le guste o no) y la cuantía que le corresponde pagar, en cómputo anual. Por tanto, sencillamente ese dinero no es suyo, sino del Estado. Así pues, no está poniendo ni un solo euro de su bolsillo. Por lo tanto, el contribuyente que marca la correspondiente casilla de la Iglesia católica, “declara su voluntad” de donar un dinero que no es suyo. En fin, parece que lo razonable debería ser que primero saldara su deuda con el Estado y, a partir de ahí, realizara la aportación correspondiente.

Ahora el Gobierno acuerda con la Iglesia un nuevo modelo de financiación que supone la renovación del vigente desde 1979 y retocado en 1987 y aumenta la asignación del IRPF del 0,53% anterior al 0,7% actual (la conferencia episcopal pedía el 0,8%). A cambio la Iglesia estará sujeta al pago del IVA en la adquisición de bienes e inmuebles y se suprime la dotación directa del Estado. Cabe destacar que dicha obligación en el pago del IVA viene apoyada en una directiva de la Unión Europea, con la consiguiente sanción si no se produjera. El pago de impuestos por parte de la iglesia debería de ser un deber en toda sociedad aconfesional.

Según el Ministerio de Hacienda la Conferencia Episcopal y la Iglesia perciben: 150 millones de euros de la dotación de IRPF; 3.200 millones de euros en subvenciones a colegios concertados; 517 millones para sueldos de profesor de religión; 90 millones a organizaciones sociales; 60 millones a hospitales e instituciones de beneficencia; 30 millones a capellanías castrenses en cárceles y cuarteles; 200 millones para el patrimonio inmobiliario y artístico; 60 millones para otras actuaciones en el ámbito urbano. A esto hay que añadir unos 750 millones de euros de ahorro por desembolsos fiscales no realizados. Tenemos que LA IGLESIA CATÓLICA PERCIBE ANUALMENTE UNA SUMA QUE RONDA LOS 5.000 MILLONES DE EUROS. La Transición aún no ha llegado a las relaciones entre el Estado y la Iglesia.

La jerarquía eclesiástica no se cree ni de lejos su propia doctrina y palabrería de caridad, solidaridad y dar sin recibir nada a cambio y que lo que predomina tras los rituales es la hipocresía. Respetar una fe es muy diferente a respetar a aquellos que se llaman pastores. Una pregunta que me planteo es: ¿no debería la iglesia ser una institución deficitaria? Es decir, ¿no debería invertir hasta su último recurso en la mejora de la calidad de vida, la ética y la moral de feligreses y de necesitados? ¿El destino de sus posesiones cual es? Es evidente a qué destina la Iglesia el grueso de su dinero: inversiones en bolsa, crear empresas y acumular patrimonio. Todo ello con el objetivo de aumentar su poder económico. Han asimilado esa ácida frase del grupo argentino Les Luthiers que dice que, más allá de este mundo “es cierto que existe una vida mejor… pero es muy cara”.


«Antes de dar al pueblo sacerdotes y soldados, sería oportuno saber si no está muriendo de hambre.»
León Tolstoi

… y existen muchos tipos de “hambres”.


Fuentes: Elpais.com, elplural.com, elmilitante.org, wikipedia.org, Elmundo.com, laicismo.org, socialdemocracia.org, larepublica.es

4 comentarios:

Gaugamela dijo...

¡Qué gran post, hermano! Poderoso martillazo a la doble moral eclesiástica. Uno se imaginaba las cifras, ¡joder!, pero no pensaba el volumen tan brutal de negocios de doble moral que tienen. ¿España estado aconfesional? ¡Ja! Qué forma de tragar con unos acuerdos aconstitucionales. "Respetar una fe es diferente a respetar a aquellos que se llaman pastores" Sí señor, mis respetos al creyente, mi repudio a la hipocresía indecente bajo las sotánas. Grande, David!!!

Claudia Hernández dijo...

Revelador post David, te felicito. No hay que olvidar también que nuestro querido Bene causó un verdadero escándalo por ostentar zapatos de Prada hechos a la medida (los normales valen 4.000 euros, a la medida, más) y gafas de sol de marca... todo ello de la mano de un nuevo sastre, ja, jaja, tanta vanidad para un "hombre de Dios"

el rey del regaliz dijo...

Solo felicitarte por esta impresionante aportación de datos para clarificar lo que algunos ya vemos y otros se niegan a mirar....y ya se sabe que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Decirte también que experimente la misma sensación que tú cuando estuve en el vaticano, a la resaca me refiero, y con los años he visto la hipocresía de pedir cuando tengo más que nadie.

amvieites dijo...

Gran ataque a los peces gordos. Y sin entrar en el tema fácil de los abusos sexuales y el documental de la BBC. Lo cierto es que hay tantas cosas criticables en esta institución que asusta ver a tanta gente que se cree palabra por palabra lo que le dicen.

Saludos.