martes, 11 de marzo de 2008

El siglo XX europeo: historia de la hipocresía (Cap. 3)


Capítulo 3 - Estalla la I Guerra Mundial

En los Balcanes confluían todos los odios, las rivalidades y las insatisfacciones que se habían ido acumulando durante las últimas décadas. Era por lo tanto previsible que una crisis en la región pudiera provocar el estallido de una guerra generalizada. El acontecimiento fatal tuvo lugar en Sarajevo, el 28 de junio de 1914. Francisco Femando, heredero del trono de Austria-Hungría, y su esposa fueron asesinados por un estudiante nacionalista serbio. Austria-Hungría quiso aprovechar el atentado para aniquilar a Serbia y le declaró la guerra el 28 de julio de 1914.

Durante el mes de agosto, Alemania y los austro-hungaros declaran la guerra a Rusia y Francia, e invaden Bélgica por no permitirles el paso de los ejercitos germanos por su territorio. Tras este hecho, Inglaterra entra en guerra, movilizando toda su flota. Italia, al principio neutral, recibe la promesa de una compensación territorial si se une a los aliados (pacto secreto de Londres con la entente). Otros países como Japón, Rumanía, EEUU y Grecia también se unen a los aliados. Los imperios centrales son apoyados por Turquía y Bulgaria.

Los aliados están más cohesionados y organizan varias conferencias de cooperación militar: son mas realistas. Los imperios centrales se muestran más arrogantes y mantienen un belicismo exasperado e irrealista. Se abren dos frentes de guerra importantes (occidental y oriental) y varios secundarios. En el occidental, los alemanes piensan que con una guerra defensiva conseguirán derrotar a Francia. Los aliados creen lo contrario y comienzan maniobras de movimiento. Tras varias ofensivas por parte de ambos bandos, comienza la guerra de posiciones, con campos atrincherados.

No creo que en este espacio resulte útil entrar en los detalles de la contienda, basta con decir que tras el equilibrio militar establecido a finales de 1916, las esperanzas de una resolución rápida desaparecen provocando el cansancio y el descontento de los contendientes. Los parlamentos critican la forma de dirigir las operaciones y provocan crisis en los gobiernos.

Continuará...

El siglo XX europeo: historia de la hipocresía (Cap. 2)


Capítulo 2 - La llegada del imperialismo y el polvorín de los Balcanes

Paralela a la evolución económica proteccionista y al auge de la política colonial, como se mencionó en el capítulo 1, en Europa se produce el nacimiento de corrientes ideológicas que hablan de la supremacía de ciertos estados, y de su derecho a demostrarlo por la fuerza. Es entonces cuando aparece esa política basada en la guerra y el rearme, que tantas alegrías nos da año tras año, siglo a siglo. Surge un racismo brutal que se intenta demostrar con argumentos que hoy resultan pueriles, pero que en ese momento eran útiles. A todo esto se le llama imperialismo.
Lenin dijo que el imperialismo es la fase superior del capitalismo, y que la expansión internacional del capital monopolista permitía un dominio político y económico, que no precisaba de un control territorial directo. Su idea era totalmente acertada y el paso de los años lo ha confirmado.

Al amparo de estos argumentos, más de un estado se cree en la obligación de cumplir una función dirigente o hegemónica respecto a otras razas o pueblos… y ya la tenemos montada. Las causas de la primera Guerra Mundial serían variadas:

- La ya citada rivalidad entre los estados por sus ambiciones imperialistas.
- La carrera armamentística que rearma a toda la Europa industrializada, aumentando sus presupuestos militares.
- Las alianzas existentes pierden su carácter defensivo.
- La complicada situación política y social de los Balcanes y la actitud de los diferentes estados con respecto a ellos.
- La rivalidad económica entre los estados que están obligados a conquistar otros mercados por el excedente de productos.

Veamos, muy por encima, la situación de Europa antes de que comenzara el conflicto:

Alemania. Económicamente, se convierte en la primera nación industrial del continente entrando en competencia directa con Inglaterra. La clase dirigente está segura de que sólo con una potente política imperialista podrá sostener la economía germana, lo que genera la creación de la Asociación Pangermánica. La política de alianzas alemana había sido muy fructífera en décadas pasadas, consiguiendo aislar a Francia. La situación cambió cuando Rusia dejo de ser aliado alemán (conformando la liga de los tres emperadores junto a Austria-Hungría) para serlo de Francia.

Posterior mente se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Frente a esta alianza se encontraba la triple entente o entente cordial formada por Inglaterra, Francia y Rusia. La entente consigue durante los primeros años del siglo ir aislando paulatinamente a Alemania, que se rearma con celeridad. “Política mundial como misión, potencia mundial como meta, poder naval como instrumento”, lema del Káiser Guillermo II. A Alemania le parece inevitable la guerra.


Los Balcanes. Durante los 10 primeros años de siglo, las crisis se suceden, aumentando la tensión entre los dos bloques. La crisis de los Balcanes, tan de actualidad con la unilateral declaración de independencia de Kosovo. Y es que cuando Serbia se apoderó de la región de Kosovo, después de la Segunda Guerra Balcánica en 1913, comenzaron las dificultades con la población albanesa que se diferenciaba de sus "amos" por el idioma y por la religión. En la era del nacionalismo ellos ya no se dejaban dominar como antes por sus señores feudales. En otra provincia adquirida en la misma oportunidad, Macedonia, los habitantes tampoco aceptaban a los serbios. Todavía en el siglo XXI es el polvorín de Europa, nadie ha sabido establecer una balanza para la zona.


La mayor parte del territorio de los Balcanes estaba dominado por los imperios Otomano y austro-húngaro. A principios del siglo XX, los Balcanes constituían una de las zonas más explosivas de Europa. En ella chocaban distintos intereses con marcadas diferencias de religión, cultura, tradición y el problema de las minorías nacionales. Los serbios querían construir un Estado yugoslavo que reuniera a todos los eslavos de la región. Para ello, debían apropiarse de territorios que estaban en poder de los imperios austro-húngaro y Otomano. El imperio ruso, alejado del Extremo Oriente tras su derrota ante los japoneses en 1901, estaba interesado en extender sus dominios hasta el Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios.
Continuará...

El siglo XX europeo: historia de la hipocresía (Cap. 1)

Días atrás, al plantearnos la creación de este blog, las ideas sobre el contenido del mismo eran muy heterogéneas, pero casi todas tenían en común un espíritu crítico ante la sociedad que nos rodea. Desde mi punto de vista, los “occidentales”, al hablar mientras tomamos unas cañas, acabamos criticando a ese paradigma del capitalismo que son los USA, olvidándonos de que Europa, en muchos casos, es igual o más injusta con sus semejantes que el animal norteamericano.

Mi intención es sintetizar en sucesivas entregas cómo veo a esta cuna de la civilización y cuál ha sido su evolución a lo largo del siglo pasado y principios de este. Lógicamente, será mi visión y no pretendo ni convencer ni adoctrinar, es simplemente la opinión de un europeo más, o mejor, de un ciudadano del mundo más (sé que es una expresión muy manida pero, que queréis que os diga, me siento identificado con ella).

Creo que es muy interesante coger hoy día un periódico y analizar cómo en sus titulares encontramos las consecuencias de ese camino por el que transcurrió el viejo continente durante el siglo XX. Ver sus antiquísimas instituciones y su ancestral hipocresía, sus desgobiernos y sus exquisitos gobernantes, su endogámica beligerancia, su odio al foráneo, su falta de coherencia, su brutal explotación de las colonias, sus divisiones estúpidas y sus uniones incomprensibles... menudo panorama.

Capítulo 1 - Principios de siglo: apogeo del capital

Al hablar de historia se pueden tomar diferentes puntos de vista y todos ellos son válidos y necesarios, pero en un espacio como éste, el análisis materialista, es decir, observar la estrecha relación entre economía y evolución, es el más enriquecedor. La Europa actual surge del apogeo del gran capital de finales del siglo XIX. Las estructuras económicas de Gran Bretaña y Alemania, y en parte de Francia, se modifican al desarrollar nuevos procesos de producción, grandes edificaciones urbanas y nuevas instalaciones para las redes de tráfico y de aprovisionamiento.

De la fusión entre el capital bancario, el capital industrial y los primeros monopolios capitalistas surge el capitalismo financiero. Esto consolida el poder de las altas finanzas, que ganan influencia política (dato crucial para entender cómo somos gobernados hoy día, donde gobernar no es tener el poder). Las consecuencias son un incremento de la producción y de las rentas nacionales de los países industrializados, pero, sobre todo, y lo que me resulta más interesante, es que comienza un proceso de progresiva interdependencia del estado y la economía (financiera). Problemas económicos como la lucha por las materias primas y el mantenimiento del nivel de vida de la burguesía, generan una política colonial y proteccionista (neomercantilismo) para garantiza la autarquía y el comercio propio.
Continuará...

'Sarko', otra derrota dulce a lo Rajoy


Ensombrecidas por las elecciones generales en España, nuestro vecino francés (vive la France et vive le foi!) también acudió a las urnas este pasado domingo. Pocos meses después de las elecciones a la República en las que arrasó el huracán Sarkozy, la primera vuelta de las municipales ha confirmado la bajada lenta pero inevitable del fenómeno Sarko. Como su camarada ideológico Rajoy, Nicolas ha perdido por poquito, lo suficiente para elaborar las habituales excusas, pero la dulce derrota no oculta el progresivo enpalidecimiento de la estrella de Nicolas.
De ser el llamado a transformar a Francia y, en el camino, cargarse a los sindicatos, abrazarse al amigo americano y liberizar a lo salvaje la economía cual Thatcher resucitada, como pedía la portada de The Economist en 2006, a convertirse en un político zafio, inepto y chulesco apenas han mediado sólo unos meses.

Con una participación del 61%, seis puntos por debajo de las cifras finales en 2001 pero diez por encima de la que se dio en España en las últimas municipales, la izquierda ha acumulado el 47% de los votos en la primera vuelta, frente al 45% de los partidos de derecha agrupados en torno a la UMP. La diferencia, eso sí, se agranda en las elecciones cantonales con un 48-41 a favor de las formaciones progresistas (socialistas, verdes y comunistas). En cuanto a las grandes ciudades, parece claro que los socialistas retendrán París y Lyon, el feudo de Marsella está en el aire y los conservadores se han apuntado un pequeño tanto al conservar a la primera Burdeos, con triunfo del alcalde saliente Alain Juppé, que fue humillado en las Legislativas de 2007 y tuvo que salir del Gobierno. De cualquier forma, el pequeño Napoleón Sarkozy va a tener que remar mucho para dar la vuelta a la situación general en la siguiente ronda.

Aunque finalmente el descalabro del presidente no ha sido tan fuerte como preveían las encuestas, lo que nos recuerda a lo sucedido en España, donde la mayoría absoluta del PSOE prevista por muchos se fue desinflando a lo largo de la noche, la derrota de la derecha nos anima a pensar en el futuro con optimismo. Sarkozy, el político autoproclamado como renovador de la llamada decadente república, fustigador de los privilegios sociales y Atila de la inmigración en la banlieue, pierde apoyos a un ritmo imparable. Su índice de aprobación superior al 60% apenas roza ahora el 40%, y continúa acercándose a los niveles ínfimos de su amigo George W. Iraq tiene armas de destrucción masiva Bush.

Sus insultos a los ciudadanos, su forma de gobernar, encargando informes a la empresa privada saltándose a la torera la soberanía de la Asamblea Nacional, su tragicómica opereta de playboy hortera junto a Carla Bruni (que por cierto, no pudo votar por no haberse inscrito a tiempo... ¡¡jal!!) y su compulsiva necesidad de atención mediática, opacando la labor de sus ministros, le ha convertido en objeto de escarnio de la opinión pública. La histórica sabiduría del pueblo francés parece haber dictado ya sentencia: Sarko, tourne a votre maison!

lunes, 10 de marzo de 2008

IU, víctima de la autodestrucción y un sistema antidemocrático

El día después del 9-M ha dejado un poso amargo en la roja garganta de Os Bobolongos. El ajustado triunfo del capitán Spock de los socialistas y la derrota de la jauría del PP no oculta el desplome de Izquierda Unida y la desaparición de su grupo parlamentario propio. A pesar de rondar el millón de votos –unos 250.000 menos que en la elecciones de 2004-, la coalición roji-verde ha sufrido el descalabro de pasar de 5 a 2 escaños, en parte por la tendencia autodestructiva del propio partido, al más puro estilo Britney Spears. Una peligrosa tendencia a la autoinmolación que parece sacada de la vieja parábola africana de la rana y el escorpión.

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:

—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…

—¿Que te lleve a mi espalda?—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás.

—No seas tonta, ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

—Es verdad. Si me picas nos ahogamos los dos. No creo que seas tan tonto como para hacerlo.

Entonces el escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Pero a mitad del trayecto, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se hundía con el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:

—No entiendo nada... ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.

—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. Es mi naturaleza.


En IU, el escorpión ha tenido la forma de varios consecutivos coletazos. En primer lugar, la fractura y guerra civil en la Comunidad Valenciana ha precipitado la pérdida del solitario escaño en esa comunidad. En Madrid, Rosa Díez le ha birlado otro diputado a IU con su flamante formación UPyD después de los aguijonazos y el lamentable espectáculo para configurar las listas entre las mil y una facciones de IU Madrid (Inés Sabanés, ¡larga a toda esa tropa de impresentables!) . Y para terminar de hundir la daga, el tsunami del voto útil ha menguado uno de los dos escaños que defendía Iniciativa per Catlalunya.

Sin embargo, junto a las necesarias entonaciones cristianas de mea culpa, culminadas con la dimisión como candidato a las próximas elecciones de Gaspar Llamazares (¡te echaremos de menos, crack!), la tragedia interna de Izquierda Unida palidece ante la injusticia del sistema supuestamente democrático español. El diabólico sistema d'Hondt se ha enseñado aún más si cabe en esta ocasión con la izquierda real de este país. Y para muestra, un botonazo. Os Bobolongos se ha apuntado al outsourcing inteligente, y previo a la votación general encargó un sesudo estudio comparativo de lo que hubiese ocurrido en las elecciones de 2000 y 2004 si en España se votase por cincunscripción única y existiese el reparto estrictamente equitativo de los diputados en función del porcentaje de voto. He aquí los terroríficos resultados...

EL GRAN ROBO A IZQUIERDA UNIDA

Si se contasen los votos de las elecciones en una circunscripción única en vez de en 52 distintas...

Jugando un poco con los votos de las elecciones del 2000 y 2004, suponiendo que nadie hubiera cambiado su voto debido al nuevo sistema y sin poner un % de votos mínimos para conseguir diputados, los resultados hubieran sido los siguientes:

PINCHA EN LA IMAGEN PARA VER LOS DATOS CON CLARIDAD

Participación en cada caso: 2000: 69,98% / 2004: 77,21%

Votos mínimos necesarios para conseguir un escaño:
2000: 52 circunscripciones: 75.234 / 1 circunscripción: 60.450
2004: 52 circunscripciones: 61.330 / 1 circunscripción: 69.050

Visto lo cual:

- El sistema de 52 circunscripciones beneficia y mucho a los dos partidos
grandes: el PP se hubiera quedado en el 2000 muy lejos de la mayoría absoluta.

- A los partidos regionales medianos/grandes no les afecta demasiado, en
contra del pensamiento generalizado.

- Destroza fulminantemente a IU, que a pesar de subir de 1.250.000 a
1.260.000 votos en 2004 baja de 8 a 5 escaños y, en ambos casos, se queda con 1/3 de los escaños que conseguiría con una única circunscripción.

- Perjudica a los partidos pequeños que optan a 1-2 diputados.

El sistema de 1 circunscripción representa mucho mejor la proporcionalidad de los votos recibidos, pero, evidentemente, PP y PSOE no se van a poner de acuerdo para cambiar un sistema del que son los grandes beneficiados.