miércoles, 23 de julio de 2008

Y de postre... ¡¡nos comemos a África!!



Hay pequeños detalles, olores o gestos que nos alejan de un individuo o un colectivo de representantes del pueblo. Cuando el súperequipo A de gobernantes universales decidió que había llegado la hora de invadir Iraq y humillar a la ONU, una foto quedó grabada para el recuerdo: la famosa instantánea de las Azores, con Bush, Blair y Aznar mirando al frente, seguros de domeñar el destino del globo, estadistas de hierro con el pecho hinchado, a punto de reescribir el nuevo orden mundial.

En otro ejemplo flamígero, durante una reunión del G-8 que ocurrió hace años, y benditas filtraciones de prensa mediante, una ristra de fotos de los grandes líderes en sus reuniones privadas recorrió el mundo ante el estupor de la ciudadanía global. En ellas, los eméritos gobernantes fumaban puros, regalaban carcajadas de arrogancia y ponían los pies sobre la mesa en un dibujo de la clase dirigente mundial que parecía copiar una viñeta de El Jueves (¡feliz aniversario!). En la reciente cumbre del G-8 celebrada hace poco más de una semana en Japón, y centrada en su primera jornada en buscar soluciones a la crisis alimenticia del planeta y la imparable escalada de precios, otro detalle quedará para el recuerdo. La obscena bacanal gastronómica que se dieron los reyes del mundo.

En la cena celebrada en el hotel Windsor, de la isla de Hokkaido, se sirvieron 19 variedades culinarias preparadas por 25 cocineros, al mando de los cuales estaba el prestigioso Katushiro Namakura, el primer chef japonés en ganar una estrella Michelin. George Bush (EEUU), Angela Merkel (Alemania), Gordon Brown (Reino Unido), Silvio Berlusconi (Italia), Nicolas Sarkozy (Francia), Yasuo Fukuda (Japón), Stephen Harper (Canadá) y Dmitry Medvedev (Rusia) disfrutaron además de seis caldos de Japón, Francia y California, que completaron el suculento banquete, con título y todo: “Delicias de la tierra y el mar". Y es que la pobreza en África, el envío de ayuda al continente o la escasez de alimentos que se debatieron durante esa primera jornada debieron de suponer un desgaste brutal para sus señorías los gobernantes.

Diversas ONG han exigido a los Estados que forman el G-8 que cumplan con sus promesas de ayuda al desarrollo hechas en 2005. Entonces anunciaron a bombo y platillo aumentar la ayuda a África a 50.000 millones de dólares al año hasta 2010. Nada de eso se ha cumplido, y parece que parte del presupuesto se ha ido en pagar La grande bouffe de nuestros sabios regidores. Qué pena que no comiesen hasta reventar para emular a Marcello Mastroianni, Michel Piccoli, Ugo Tognazzi y Philippe Noiret. Ahhh, es que deberían ver más cine...

Así fue el menú, cuya traducción he aprehendido del blog de Ignacio Escolar, director del diario Público. ¡Todo sea por el copyleft!

ENTRADAS
- Maíz relleno de caviar.
- Salmón ahumado y erizo de mar.
- Tartaleta de cebolla.
- Bulbos de azucena y ajedrea.

PRIMER PLATO
- Ternera de Kyoto bañada en algas y condimentada con espárragos y salsa de sésamo.
- Tacos de atún con aguacate, salsa de soja y "shiso" (hierba japonesa).
- Sopa de almejas.
- Congrio con azucenas y vinagreta de soja.
- Langostinos.
- Rollitos de anguila a la plancha envueltos en bardana.
- Boniatos.
- Gobio frito en aceite de soja y azúcar.

ENTRE PLATO
- Sopa de marisco.

SEGUNDO PLATO
- Pescado del Pacífico a la plancha y con una vinagreta de pimienta.

TERCER PLATO
- Cordero lechal con hierbas aromáticas, trufas negras y salsa de piñones.

PRE POSTRE
- Tabla de quesos con miel de lavanda y frutos secos.

POSTRES
- Degustación "Fantasía del G-8"

CAFÉ
- Café y dulces rellenos de fruta

1 comentario:

Claudia Hernández dijo...

Fantasía del G-8, sugerente nombre para el postre... sí, en la cabeza de éstos, la fantasía del G-8 es devorarse a cualquier país con tal de permanecer arriba. Bien lo sabemos los que venimos de Américalatina