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Desde Bobolongos Suerte para Miguel y suerte para todos.
Las estupendas fotos son de una pieza de Salzburgo y las hizo una magnífica amiga y fotógrafa, Claudia. Gracias Bobolonga.
Escultura: Markus Redl, EXITUS und Schribetishtäter, 2008
Sin embargo, detrás del cosquilleo en el estómago, la botella estilizada y el limoncito dentro del vaso en una mesa de una terraza, la macroempresa de Atlanta parece que tiene varios retratos de Dorian Gray, guardados con doble candado en la nevera de sus oficinas. Según la ONU, más de 1.100 millones de personas, el equivalente al 18% de la población mundial, encuentra dificultades para abastecerse de agua, a lo que contribuye con su granito de arena la súper Cola. La política de la empresa abraza el colonialismo y se hace con los recursos acuíferos de ciertos países pobres –unos tres litros de agua se necesitan para producir un litro de Coca Cola-, en detrimento del desarrollo sostenible y, puesto de forma menos poético, jodiendo vivo al agricultor. Además, se acusa a la compañía que nos muestra todo de color Disney de reiteradas prácticas antisindicales, con denuncias en Pakistán, Nicaragua o Colombia, ahí incluso con los paramilitares de por medio.
La Asociación Americana de Bibliotecas (American Library Association, ALA) publicaba el 7 de mayo su lista de los “10 Most Challenged Books of 2007”, algo así como los 10 libros más cuestionados de 2007. Por segundo año consecutivo, el cuento para niños And Tango Makes Three, de Justin Richardson y Peter Parnell, ilustrado por Henry Cole y editado en España por RBA (Tres con Tango, 2006), conseguía el honor del ser el libro con más intentos de censura en todo el año en Estados Unidos.
Este relato de dos pingüinos machos que se convierten en padres de un huevo “huérfano”, basado en una historia real de dos pingüinos gays del zoo de Central Park, Nueva York, ha vuelto a desatar las iras de cientos de familias al otro lado del Atlántico. Los papás y mamás se escandalizan con la posibilidad de que sus pequeños y puros retoños puedan leer que también hay maricones en el reino animal, y encima se les permita adoptar. Hay que evitar el contagio racional de sus niños, no vaya a ser que luego crezcan tolerantes y les de absolutamente igual la orientación sexual del prójimo.
La citada lista no la edita ninguna institución desconocida ni de intereses ocultos. La American Library Association (ALA), que también organiza la Semana contra la prohibición de los libros, es la asociación de bibliotecas más grande y más antigua del mundo, y cuenta con 65.000 miembros. Su misión es promover la mayor calidad en las bibliotecas y en sus servicios de información, así como el acceso público a la misma. “El libre acceso a la información es un valor americano fundamental que debería estar siempre protegido”, asegura Judith F. Krug, director de la Oficina para la Libertad Intelectual (Office for Intellectual Freedom), el departamento de la ALA que publica la lista negra desde hace 15 años. “No todos los libros son adecuados para cada lector, pero una interpretación individual de un libro no puede arrebatarme el derecho de seleccionar textos o material de lectura para mí o para mí familia”, añade Krug.
Desde hace 15 años, la ALA recibe informes de libros cuestionados o, en inglés, challenges. Cada “challenge” se define como una denuncia formal y escrita, que haya sido archivada en una biblioteca o escuela, pidiendo que el material “cuestionado” sea retirado por razones de su contenido o conveniencia. Las bibliotecas públicas, los colegios y las bibliotecas de estos colegios, a raíz de peticiones de las familias, son quienes remiten estas quejas. En 2007, la Oficina para la Libertad Intelectual (OIF) recibió 420 informes o esfuerzos por desterrar determinados textos de los planes de estudio de una escuela o de las estanterías de una biblioteca. Algunas de las otras peligrosas y lascivas obras que este año han alcanzado el top-ten son: La brújula de oro, de Philip Pullman –se dice que promueve el ateísmo…-, Olive’s Ocean, de Kevin Henkes, o la recurrente saga Harry Potter –ya en 2001, un iluminado de EEUU decidió armar una fogata con libros del mago de Rowling-, acusada de apostar por la brujería y fomentar el uso de la mentira en los niños.
El ataque al pensamiento
Un rasgo común de toda dictadura es la represión al pensamiento diferente y, por ende, la institucionalización de la censura. En su fabuloso relato distópico Farenheit 451 -que luego llevaría al cine con maestría François Truffaut-, Ray Bradbury dibujaba un futuro donde los libros eran quemados por las autoridades y un pequeño grupo de resistentes mantenía la llama de la Humanidad, aprendiéndose de memoria los textos. Un hombre, un libro, era la hermoso enseñanza.
Ya tres décadas antes de la publicación de la novela, el nazismo dio pruebas al mundo de la abominación que se avecinaba con su quema de libros en la plaza frente a la Universidad de Humboldt, de Berlín. En una de las “ventanas” por las que, mirando hacia abajo, se ve el emotivo monumento subterráneo, una biblioteca de estantes vacíos que podría albergar los 30.000 libros que esa noche del 10 de mayo de 1933 devoraron las llamas, se lee “Dónde se queman libros, allí terminarán quemando seres humanos", del poeta romántico alemán Heinrich Heine. Y lo cierto es que los nazis acabaron quemando seres humanos diez años después en sus campos de exterminio.
El libro simboliza la mayor expresión de diferenciación de nuestra especie, la representación en palabras del intelecto, de la capacidad de pensar en lo abstracto, de ir más allá de la ley del más fuerte de la selva. Se dice que la imprenta fue el gran invento del hombre por aquello de que democratizó el acceso a la información, a la cultura, al conocimiento, hasta entonces en manos de una reducida camarilla en monasterios y castillos, que conocía muy bien que el saber es poder. Para quienes –tristemente, demasiados- creen que dos tipos, dos tipas o dos lagartos no se lo pueden montar entre ellos, sigue siendo muy conveniente predicar el rap de las grandes religiones monoteístas: la homosexualidad es antinatural y Dios la castiga.
Entrar en una discusión sobre los endebles cimientos que sostienen esta afirmación no vale la pena. Basta echar un vistazo a la historia para saber que la homosexualidad es tan antigua como el hombre, y que sólo con la llegada del cristianismo comenzó a transformarse en anatema. Pero para lo que no están preparados los guardianes de la moral es para asistir a una pequeña revolución arco iris en el reino animal. Joder, ya es bastante que, de vez encuando, algún cura salga del armario, pero dos pingüinos es demasiado… Y es que, si dos pingüinos muy machos frotan sus piquitos, lo de ser gay no debe de ser tan antinatural y abominable como predican. Por eso And Tango makes three ha sido el libro más perseguido (¡incluso en la liberal Boston!), y no sólo en Estados Unidos: el pasado febrero, el condado inglés de Loudoun también mandaba retirarlo de las bibliotecas en las escuelas primarias.
Si la deliciosa El viaje del emperador fue alabada por muchos grupos conservadores cristianos como ejemplo de valores de familia, Roy y Silo habían sido tomados como iconos del movimiento gay. Un artículo del The New York Times abordaba el caso de estos pingüinos y aportaba interesantes datos acerca de la homosexualidad en el reino animal, con jugosas opiniones de diversos biólogos.
Después de hacer un repaso por algunos casos –un libro del artículo cita 450 especies documentadas con animales gay: chimpancés, delfines, gaviotas...-, Marlene Zuk, una profesora de biología y autora de Sexual Selections: What We Can and Can't Learn About Sex From Animals (University of California Press, 2002), daba la visión general de la comunidad científica: "Los estudios muestran que la sexualidad es mucho más diversa de lo que la gente piensa. Muchos tienen la idea de un reino animal recto y en una sóla vía, al viejo estilo católico romano. Que sólo tienen sexo para procrear“. Aludiendo a los monos Bonobo, considerados los más cercanos al hombre, Zug añadía: "Hay expresiones de sexualidad ajenas al periodo fértil de la hembra, y estamos empezando a ver que el sexo no está necesariamente ligado a la reproducción".
Así que si hasta los chinpancés Bonobo echan canitas al aire y copulan con los de su mismo género, ¿hasta cuando seguirán defendiendo los adalides de la moral la antinaturalidad de la homosexualidad? ¿En qué momento permitirán a la gente vivir en paz y acostarse con quién le de la gana? Y, como no, ¿por qué diablos no dejarán de meterse con los libros "diferentes"? Make love not war ¡y vivan Roy y Silo! Sean heteros o gays...
Los libros más cuestionados desde 2000, según la lista de la American Library Association
La lectura de los últimos números de dos de los medios más prestigiosos del panorama internacional, Time y The Economist, nos ha dejado un par de mensajes no demasiado encriptados en la botella: Occidente mira al resto del mundo con ojos muy blancos y hablando inglés, y China es mala, muuuuuuy mala... tiene más peligro que una piraña en un bidé.
El IV poder impreso atraviesa una crisis de variable intensidad desde la transformación de los hábitos sociales de los ciudadanos a raíz del empuje de las nuevas tecnologías, con Internet al mando de la revolución. Bajadas en el número de ejemplares vendidos, pérdida imparable de condiciones laborales de los periodistas, despidos -The New York Times recorta personal- y primacía de los intereses empresariales sobre los deontológicos (la toma de Rupert Murdoch del venerable Wall Street Journal es buen ejemplo de ello). Sin embargo, y hasta que la información on line diga lo contrario, los periódicos siguen marcando buena parte de la agenda informativa mundial, especialmente los anglosajones.
Un entrañable profesor –muy de derechas- de Redacción Periodística de la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid me inculcó desde las primeras cervezas en la universidad la imperiosa necesidad de leer, ver y escuchar diferentes voces y tendencias. Extender la oreja para oír siempre lo mismo que uno piensa es el camino más rápido para entrar en el clan de los Homo Dogmaticus. Así que, siempre que el bolsillo lo permite, es obligada la visita al quiosco en busca de las últimas novedades. Como uno tiene especial predilección por el papel impreso –ummm, leer, ensuciarse las manos, arrugar las páginas, doblar un ejemplar en el bolsillo, blandirlo en una noche de copas para rematar una frase…-, el pasado fin de semana, vuelo de placer a la mágica Praga de por medio, compré los últimos números de las revistas Time y The Economist, biblias respectivas del periodismo estadounidense y británico.
Resumiendo la lista Time… ¿Latinos? Seis (el magnate Carlos Slim, los políticos Evo Morales y Michelle Bachelet, la bloguera cubana Yoani Sánchez y… los deportistas Lorena Ochoa, una jugadora de golf, y el futbolista Kaká.. glups…). ¿Hindús? Tres (uno la Consejera Delegada de Pepsi, mitad gringa, otro la líder Sonia Gandhi, que vive en Italia…). ¿Asiáticos y de Oriente Medio? Una docena (aunque tres son los occidentalizados líderes de Dubai, Qatar y Arabia Saudí y otros dos el terrorista Baitullah Mesud y el casi terrorista Muqtada-Al Sadr). ¿Africanos? Tres (Mo Ibrahim, rey del teléfono móvil en África, Jacob Zuma, el futuro presidente polígamo de Suráfrica
Entonces, ¿qué va antes?, ¿el huevo o la gallina? Es decir, ¿Time monopoliza su lista con el dibujo de las barras y estrellas porque esto es lo que hay o porque perpetua una imagen maniquea del mundo y un anglo centrismo rampante? Las dudas quizá se disipan al recurrir al elegido para abrir a doble página el prolífico reportaje, nada más y nada menos que el Dalai Lama, recuperada estrella mediática tras las protestas en Tibet contra China. La elección de este supuesto pacifista –los tibetanos arramplaron contra todo y contra todos en su reciente oleada de manifestaciones- y su panegírico retrato –escrito por Deepak Chopra, que va por la cincuentena de libros de autoayuda- es evidente que jamás se hubiese producido sin la cercanía de los Juegos Olímpicos en China, y las televisadas protestas callejeras contra el recorrido de la antorcha olímpica.
El semanario critica la dictadura (lo de sus amigos de Arabia Saudí debe de ser democracia participativa), la corrupción gubernamental en todas las provincias (cosa que NO existe en Occidente…), el caos medioambiental y la polución que asfixia al país (joder, ahora estos chinos consumen mucho petróleo…) y la forma en la que la cúpula comunista utiliza el nacionalismo para mantenerse en el poder (lo cierto es que Estados Unidos NO hace uso del nacionalismo ni del concepto de nación elegida para llevar la democracia al resto de mortales). Uno de los artículos termina reclamando el derecho del mundo occidental a meterse en los asuntos internos de China porque su estabilidad influye al mundo entero.
Y, como no, reclama que el Gobierno controle las manifestaciones contra los intereses europeos a raíz de los ataques a la antorcha olímpica en su camino por París y Londres: está bien hacer el cafre contra los chinos y apadrinar iniciativas de boicot a sus productos, pero ellos no pueden reunirse en frente de un Carrefour a mentar a la madre de Napoleón. Viva la doble moral anglosajona.