jueves, 23 de febrero de 2012

Generación 'plomo fundido'

Niños en Gaza / Fotografía tomada del blog La mochila del reportero
¿Cómo es escuchar a diario el bramido de un caza militar supersónico sobrevolando tu hogar? ¿La siniestra reverberación de una bomba que estalla? ¿Qué le dice a uno la mente y los sentidos cuando se están 18 horas sin electricidad en invierno, a oscuras en la penumbra? ¿Leyendo un libro de texto, a la luz de una vela, tratando de preparar el examen del día siguiente? Las primeras víctimas de una crisis que arrecia o de un conflicto que se eterniza son siempre los más débiles, normalmente sin red que les cobije, aplastados por la dinámica del más fuerte, afónicos de gritar sin que se les escuche. Los niños de Gaza saben mucho de esto…

Las revoluciones en el mundo árabe han aflojado el sedal de los medios de comunicación occidentales respecto a la situación del pueblo palestino. De un tiempo a esta parte, pareciera que palestinos e israelís viven una suerte de inocuo compás de espera, pero la realidad es bien diferente. En la franja de Gaza, una lengua de apenas 40 kilómetros donde se hacinan más de un millón y medio de habitantes la mayor densidad de población del mundo– la gente mira al cielo no para ver si sale el sol, sino para rogar que no caigan bombas.

Desde el bloqueo a sangre y fuego impuesto por Israel, más del 80% de la población depende de la ayuda humanitaria y del suministro de comida (dos tercios de la población activa están en el paro). El sector agrícola y la industria el 95% de las actividades ya no se realizan por la imposibilidad de acceder a materias primas han sido devastados, los hospitales no pueden generar electricidad para mantener sus equipos de cuidados intensivos y la infraestructura de agua potable también permanece destrozada. ONGs como Oxfam califican directamente a la Franja como una “cárcel”, una prisión con un carcelero mayor que es habitualmente bien recibido en los salones de la alta política occidental. A Europa y Estados Unidos les encanta jugar con cinismo a la equidistancia, pero cuando se trata de injusticias como esta que hacen arder la tierra, la neutralidad es casi aún más dolorosa que la toma de partido.

Cómo matar el futuro

A pesar de que esta realidad es un agujero en el grado de humanidad menguante del planeta, el futuro se dibuja aún más desesperanzador. Poco se habla de la generación ‘plomo fundido’ (así bautizó Israel el inicio de su ofensiva militar en Gaza desde tierra, mar y aire en 2008, ahora transformada en bloqueo e incursiones bélicas constantes). Ellos son los niños y niñas, l@s adolescentes llamados a cambiar el destino fatalista de los palestinos, aquellos que deberían ser capaces de enterrar el odio de décadas bajo el yugo del gobierno israelí (no del pueblo hebreo) y dar la mano al ahora enemigo. Jóvenes que fueran capaces de creer, visualizar y sentir que ambos pueblos podrían volver a vivir en paz como lo hicieron durante muchos siglos. Sin embargo, como relata el periodista de Al Arabiya, Yusuf Al-Sadek (los medios occidentales no tienen corresponsales en Gaza, la agonía del palestino que vota a Hamas no debe ser noticia), esta generación ‘plomo fundido’ vive con el miedo cotidiano al ataque y/o bombardeo israelí.

Con la mayoría de las escuelas ya destruidas, los alrededor de medio millón de estudiantes de la Franja de Gaza se han acostumbrado a leer los apuntes y los libros a la luz de las velas, con el riesgo de incendios domésticos, soportando cortes del suministro eléctrico de 18 horas diarias y sin poder llamar a su gente querida para saber si están bien. La tensión ininterrumpida de la amenaza israelí  y el rugido histérico nocturno de los cazas de guerra están dejando huellas profundas en la psique colectiva de estos chavales. Según el psicólogo Mohannad Abdul Rahman, que pide salvar a los críos de la oscuridad, “los niños son los más afectados por el entorno en el que viven. No pueden concentrarse, ni estudiar como cualquier niño que vive en circunstancias normales”.

Hoy día, es casi imposible encontrar un niño en Gaza que no haya sido sometido a una experiencia traumática. Al-Sadek cita en su artículo a Yousra, un estudiante modélico de 15 años, que a pesar del estudio bajo las velas es número uno de su promoción. Pero la excelencia académica no esconde el rayo de venganza que quizá nadie pueda ya apagar: “No debemos permitir que los agresores sedientos de sangre nos hagan esto. Ellos nunca dudan a la hora de matar niños y robarles sus sueños, y en despojar a las personas del derecho a vivir con dignidad”.

La noche eterna 

Como relata Naomi Klein en su fabuloso libro La doctrina del shock, El auge del capitalismo del desastre, para muchos iraquíes lo más terrible de la segunda invasión gringa fue la combinación de escuchar y sentir las bombas por todas partes y no poder llamar para averiguar si los seres queridos seguían vivos.  En esa época, las farmacias de Bagdad habían agotado los somníferos y antidepresivos.  Quizá los habitantes de Gaza ni siquiera puedan ya recurrir a los fármacos por el brutal bloqueo y la imposibilidad de importar medicamentos, pero de la oscuridad de los bagdadíes saben ya demasiado los palestinos. Con la diferencia de que en Gaza aún hay menos voces para pedir auxilio y justicia, y las que existen parecieran hablar en gritos mudos que nadie escucha.

Dejo un extracto de una crónica de The Guardian publicada el 4 de abril de 2003, poco más de dos semanas después del comienzo del constante bombardeo estadounidense sobre Iraq, y que recordé leyendo acerca de la oscuridad de los niños en Gaza.

“No hubo una explosión audible, ni un cambio discernible con respecto a los bombardeos de la noche anterior, pero en un instante toda una ciudad de cinco millones de habitantes quedó sumida en una noche pavorosa y eterna”


Informe de diversas ONG al respecto de la situación en Gaza en 2008/2009 

* La segunda imagen de niños en Gaza es de Sherwood Ros, del blog pressenza International Press Agency
* La tercera imagen de un bombardeo nocturno en Gaza es de AFP, y ha sido tomada del blog The Palestine Chronicle

1 comentario:

Claudia Hernández dijo...

Fabuloso post y necesario, ya que como bien dices, d elso medios han desaparecido prácticamente las noticias sobre Gaza y la gente que padece a diarios esa situación ignominiosa, sigue allí mientras buena parte del mundo les ignora-
Saludos