miércoles, 17 de noviembre de 2010

Aguirre o la cólera de Dios

(Foto dcha: Claudia Hernández)

Que se privatice Machu Picchu, que se privatice Chan Chan, que se privatice la Capilla Sixtina, que se privatice el Partenón, que se privatice Nuno Gonçalves, que se privatice la catedral de Chartres, que se privatice el Descendimiento de la cruz de Antonio da Crestalcore, que se privatice el Pórtico d
e la Gloria de Santiago de Compostela, que se privatice la cordillera de los Andes, que se privatice todo, que se privatice el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueño, sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. 

Y, finalmente, para florón y remate de tanto privatizar, privatícense los Estados, entréguese de una vez por todas la explotación a empresas privadas mediante concurso internacional. Ahí se encuentra la salvación del mundo... Y, metidos en esto, que se privatice también a la puta que los parió a todos.
José Saramago, Fragmento de Cuadernos de Lanzarote (1993-1995).

En el principio existía el Verbo. Y luego Dios creó las guarderías para todos, el colegio público, el hospital gratuito, el agua al acceso de los más pobres y hasta los servicios contraincendios… Pero un buen día un angel renegado fundó un grupo disidente del Señor, que con el tiempo iba a conocerse como Los Legionarios de Cristo. Su lideresa oculta viste de Zara y está entre nosotros desde hace tiempo. Habita en la torre oscura de Telemadrid, protegida por una suerte de esbirros de Sauron que encabeza Sánchez Dragó.
La misericordia no forma parte de esta mujer fatal (no en el sentido literario, claro). Primero desató su ira contra las plazas gratuitas en las guarderías para las rentas más bajas, después pegó un sablazo al cheque escolar que ni el tío más gorrón… Entre medias, fue fagocitando ayudas sociales y un buen trozo de viviendas de protección oficial. Pero el hambre no estaba saciada, ni el mefistotélico plan culminado. La gran cruzada de fondo no había sino hecho empezar: la privatización salvaje de la sanidad y enseñanza públicas, el agua y hasta la justicia.
Aguirre o la cólera de Dios ha desplegado sin apenas resistencia su apocalíptico plan. Suelo público que se cede a escuelas privadas de orientación católica y que convierten a Madrid en la Comunidad líder absoluta de España en cuanto a niños con uniformes rancios. En Madrid ya se matriculan más alumnos en escuelas privadas y concertadas que en públicas. Al mismo tiempo, aquellos chavales con mayores problemas de adaptación o lenguaje, o en una jodida situación económica, son acogidos por unos colegios públicos cada vez con menos recursos y profesores, cada vez más famélicos por los recortes del fuego fatuo liberal.
Aguirre o la cólera de Dios no tiene mascara ni le importa. Su credo ha sido aceptado, su puño de hierro elogiado. Mientras coloca a sus Leginarios de Cristo en decenas de colegios de la comunidad, aúpa a las constructoras al papel de propietarios y gestores de hospitales de cama temporal. Un conglomerado de fuerzas del reverso tenebroso que engloba a constructoras, financiadoras de infraestructuras, bancos y cajas de ahorro, bajo las maléficas siglas PPP, se ha hecho con las concesiones de los hospitales más modernos de Madrid. ¡Viva el mal, viva el capital! Pero qué mala, pero qué mala es… ¡Soy Avería y aspiro a una alcaldía!
Inmigrantes en el metro: ¿realidad o ficción?
(fotos en color: Claudia Hernández)
Volando voy, volando voy… volando vengo, vengo…
volando voy, volando voy,
volando vengo, vengo…
por el camiiiino, yo privatizo, por el caminiiino… yo priv
atizo
Enamorá de la empresa, aunque a veces dueeeela…
enamorá de la constructoras, aunque a veces dueeeela…
si no tengo escuela, busco ca
ndela
si no tengo escuela, busco candela...
Señoras y señores, sepan usteeeedees...
señoras y señores, sepan usteeedeees...
que una cama de hospital, es pa quien tiene peeerrras...
que una plaza de hospital, es pa quien tiene peerrass..

Obreros contra propaganda

Siempre nos quedará el Metro de Madrid, piensan los incautos. ¡Es el mejor del mundo!, se escucha el eco de las plañideras en las calles de Madrid, sobre todo de gente que apenas ha puesto el pie en otro suburbano… Pero ya sabemos, lo nuestro, ¡¡¡es lo mejor!!! El metro de Madrid, la capilla Sixtina de Aguirre o la cólera de Dios, su obra magna propagandística, es el espejo del alma de su muñidora.
Este exiliado económico se sobresaltó con una campaña (¿y van…? ¿1.177?) de promoción en los andenes de la capital el pasado agosto. El metro de Madrid vuela, y los entusiasmados usuarios siempre llegan a tiempo. Aaahhh... jamás el ir al curro causó tanta felicidad. En los carteles, gente joven (por supuesto, no había viejos), blanca (por supuesto no había inmigrantes, que solo son el 15% de la población y los que más usan el transporte público) y profesionales liberales (arquitecta, profesora –seguramente de concertada-; por supuesto, ningún teleoperador, empleada domestica o… ¡¡trabajador del metro!!). ¿Por qué parecía la gente tan irreal, las sonrisas tan blancas y la reiteración en el ensaje tan cansina?
Metro de Hamburgo y de Madrizz: currantes y extasiados del curro
(fotos: Bobolongo menor y Claudia Hernández)
En la canalla y adictiva Hamburgo, ciudad portuaria que acogió a unos Beatles golfos (bueno, solo un poquito) y dueña del fabuloso barrio de St. Pauli, también hay metro. Parece que no vuela, pero por lo menos nada. En la estación de Jungfernstieg, junto al Alster, el precioso lago de 184 hectáreas que es una gozada recorrer en piragua, ahora se está construyendo una conexión bajo agua con la nueva línea U4, que conectará el centro con el barrio de HafenCity.
En vez de dedicarse al autobombo, el ayuntamiento de la ciudad hanseática ha decidido decorar las obras con imágenes de los obreros que están trabajando en la ampliación. Éstos sí que parecen gente real, y se disfruta tanto del magnetismo del trabajo industrial que desprenden las fotografías como de las explicaciones de algunas imágenes, donde se detallan las condiciones en las que esta gente curra (a veces a temperaturas de 40 grados). Es el pequeño homenaje de una ciudad a sus trabajadores. La comparación con los trabajadores del Metro de Madrid y su patrona que les privatizó y luego les hizo empleados públicos para acogerse al decretazo socialista y poder bajarles el sueldo son odiosas. Un pequeño detalle, pero que vale más que mil conjuros de Aguirre o la cólera de Dios.
Estación de Jungfernstieg: así trabajan los obreros
(fotos: Bobolongo menor)

2 comentarios:

Claudia Hernández dijo...

La verdad es que la "lideresa" (la de otros, claro) se las trae. La campaña me pareció curiosa porque en estos tiempos de ser políticamente correctos, siempre se trata de incluir la variedad de razas o tipos... hecho de menos aunque sea un tipo de esos morenos del sur de España en los carteles del metro, una señora Ecuatoriana, etc.
Me parece bien que hagas la comparación de la bella exposición exterior, con magnñificas fotos en los que salen todos esos obreros dedicándose a construir esta inmensa obra... qué bien que seamos visibles todos.
Saludos

Joan Benlloch dijo...

Así se las gasta la "doña"... si tiene pizarra y tiza... se privatiza.