sábado, 2 de octubre de 2010

Coma profundo e irreversible

Que días tan tristes. Que puta decepción. Después de la jornada de huelga general uno tiene la sensación de vivir en una sociedad extraña. Y digo extraña por bipolar, esquizofrénica, servil, alienada y rebañil. La queja es el tema central de la banda sonora de esta España mía, esta España nuestra. Pero llegada la hora, las gargantas callan y las cabezas olvidan lo que antes denunciaban. La huelga, excepto en ciertos sectores y provincias, ha sido un fracaso. Los sindicatos han sido abofeteados por parte de todos los agentes posibles, algo que no extraña a nadie. Yo también pienso que las organizaciones sindicales de este país están viviendo de la sopa boba y han perdido el rumbo. Pero en la situación actual, y aplicando un punto de vista progresista o de izquierdas, es necesario actuar, y me da igual quien sea el azuzador. Esto no es una pataleta de nuestros ineficaces sindicatos. Es una respuesta lógica, aunque tardía, a las medidas de este gobierno que no tiene nada ni de socialista ni de obrero.

Viendo debates y líneas editoriales, todo el mundo se centra en la huelga como noticia, cuando lo que debería ir a cinco columnas es el desgaste y recorte de los derechos de los trabajadores en esta legislatura. No se habla de lo que realmente importa, sino de gilipolleces y detalles que alimentan las luchas intestinas por ganar votos o adhesiones. En este gobierno hay un partido traidor a sus siglas. El PSOE ha hecho mas daño a la izquierda de lo que ningún partido conservador español habría soñado jamás. Ya Felipe González dio paso libre a las ETT y fue renegando de todo lo que oliera a la internacional. La traición se ha ido preparando a fuego lento, engañando a la sociedad para que asuma que es inevitable ir cediendo y mermando derechos adquiridos por las generaciones anteriores, que ahora se revuelven en sus geriátricos con sus temblorosas pensiones (no hablo de la tan manida memoria histórica, hablo de 30 años atrás).

Queda claro que la diferencia entre PP y PSOE es inexistente. Ambos partidos y los sindicatos mayoritarios van de la mano, son indivisibles, tienen los mismos intereses. Recuerdo momentos donde uno se llego a plantear el voto útil, y aun sin comulgar con ellos, unir fuerzas contra la derecha reaccionaria de este país. Pero finalmente nunca vote al PSOE y jamás lo haré. Y todo por querer seguir mirando a la almohada a la cara cada noche. Antes preferiría no votar. La falta de coherencia es supina y el amor a la poltrona es equiparable al que siente el vecino de enfrente. Pero parece que a este último se le ve venir. Le precede su aroma a naftalina y su visceral amor al libre mercado y a la idea de una patria unida, grande y “libre”. El partido de Zapatero se pone la piel de cordero para hincar la rodilla frente al poder financiero mientras sonríe a las cámaras y habla de derechos y progresismo. Vergüenza de sus votantes. La única explicación a este masoquismo democrático, es que la mayoría de los españoles ven la política como si fuera la liga y ellos los aficionados a un club de fútbol. La plantilla juega a saltarle la dentadura al oponente, hay maletines por debajo en todos los partidos, las cuentas del equipo no salen, el presidente esta metido en la trata de blancas, pero eres de ese equipo a muerte y aunque te joda la vida y, como eres gilipollas, lo apoyaras contra viento y marea.

Revisando todos los medios de comunicación al alcance de uno (los 10 periódicos de tirada nacional, todas las radios, las televisiones, etc.), la convocatoria del 29S parecía una locura inventada por bolcheviques borrachos, que aun sedientos, querían saciarse con la sangre de los millones de felices y adinerados trabajadores de este país. Parece no haber precariedad, mileuristas (o ochocientoseuristas que seria más exacto), explotación, contratos basura o paro endémico. Excepto algún irreductible rotativo como público, tachado de pseudoterrorista por sus colegas de profesión, toda la masa de los media se unió en una cruzada antihuelguista sin precedentes. El mayor piquete, el mediático “No vayas a la huelga, será un fracaso”. Jamás he visto tanta comunión en los editoriales de medios tan dispares. Además la sensación es que nadie defiende la reforma laboral, pero aprovecha la coyuntura para atacar a los sindicatos e incluso el derecho a la huelga. La criminalización de los sindicatos pretende eliminar a un intermediario molesto y permitir al empresario vía libre en su enriquecimiento y en el control sobre el trabajador. Mediatizados, muchos de los trabajadores que no apoyaron la huelga, además querían su más rotundo fracaso. Que triste.

Y en estas circunstancias la derechona se envalentona, se engorila, se viene arriba cual adolescente pastillero en una noche de viernes. Dicen que la huelga ha fracasado y a la par, piden que se regule para que en el futuro, estos paros, no afecten a los ciudadanos. Pareciera que la huelga era convocada para los perros y no para los ciudadanos. Y que maravilla... la encarnizada lucha por el derecho al trabajo. No he visto jamás a estos empresarios y partidos defender con tanta vehemencia este derecho como lo hicieron en las jornadas previas al 29S. Joder, llegue a pensar que se habían quedado todos en el paro y que ya no eran ellos los que generaban empleo. Yo desde aquí les animo a seguir con este empeño y a ponerse en contacto con los casi 5 millones de parados, seguro que todos defenderán en armonía el derecho al trabajo. Eso si, seria mejor que ocultaran que sus empresas han tenido en el primer semestre del año un 9,3% mas de beneficios que el curso pasado. Quien pensaría que se pueden aumentar beneficios en esta situación de crisis tan atroz. Tenemos unos cracks de empresarios que no nos merecemos.

El 30S fue aun mejor. En los titulares, los cabras de los antisistema de la ciudad condal como el paradigma de los que secundamos, Aguirre quejándose por la falta de encarcelamientos y porrazos a los piquetes de la EMT, la sonrisa de los políticos viendo el fracaso de la convocatoria, y la CEOE frotándose las manos al ver una sociedad tan anestesiada que ni la falta de empleo la moviliza. El remate, ver a los dirigentes de los sindicatos junto a de la Vega en algún debate matinal, dándose masajes en los oídos mientras ahuecan los cojines donde aposentar sus santos cojones. Valor y coraje.

Yo fui de los pocos madrileños que secundo la huelga. Y no fue por apoyar a los inoperantes sindicatos, fue para poder mirar a la cara a las generaciones que pregunten dentro de unos años ¿Cómo hemos podido llegar a esto?

La sociedad española está a verlas venir. Está a quejarse en la intimidad del ascensor de lo que le digan en el nodo de las 3. Está muda y a expensas de lo que dicten los que dictan. Está a servir y a ser explotada mientras sufre las almorranas en silencio. Está a la intemperie, sin paraguas y descalza, pero sonríe a un jefe que le exige implicación mientras le recorta el salario. Está a la noria, a la hipoteca, a Belén Esteban, al coche, a Cristiano Ronaldo, al móvil, a la Carbonero, y a por uvas en un trigal. Está a imaginar que es feliz. Está prácticamente en coma profundo e irreversible.

3 comentarios:

Claudia Hernández dijo...

Comparto desde acá tu tristeza. Y la verdad, si uno quisiera un cambio (o intentarlo) de verdad, no votaría al PSOE sino a Izquierda Unida, que es lo haré en las próximas elecciones-
La prensa se ha encargado de sabotear la huelga y crear una sólida matriz de opinión en contra de los sindicatos (que tiene sus defectos, como no) pero no vemos la misma vehemencia, tal como lo apuntas, en contra de los recortes brutales a los que el trabajado español va a ser sometido (como si la cosa nates no era lo bastante precaria). Malos tiempos, es cierto habrá que espabilar o este monstruo liberal de más recortes sociales y menos estabilidad/beneficio laboral nos devorará sin que muchos se den cuenta.

Álvaro dijo...

He dado un salto en el sillón al acabar de leer tu grito en el silencio. Qué martilleo clarividente el tuyo, hermano, contra la adocenada sociedad españolita, y su vieje sin frenos hacia la mediocridad y la envidia al prójimo. Como dices, de vergüenza el frenteo mediático contra la huelga, Prisa a la cabeza. De vergüenza los unos y los otros. La campaña nauseabunda de El Mundo contra los sindicatos, Aguirre y Montoro reclamando el fin del derecho a la huelga como algo decimonónico. Los trabajadores del Metro, dando por saco a sus compañeros de clase y boicoteando la huelga por disputas entre sus sindicato de gremio y los generales. Y la gente, nuestros conocidos, nuestros amigs, en mayoría, acojonaditos y como corderos al trabajo, no vaya a ser que le descuenten un día de curro y no lleguen a fin de mes. Eso sí, la pantalla de plasma, el cochecito y el piso debido al banco, sagrados. El recorte de los derechos sociales no ha hecho sino comenzar. Ahora tocan las pensiones, y entre tanto, todos a verlas venir, como apuntas. La alienación de los ochocientoeuristas y la crisis, en vez de despertar conciencias, ha vuelto a casi todos más egoístas y temerosos del patrón.

Anónimo dijo...

Vergonzosa, como comentas, la cobertura de los disturbios de Barcelona con los okupas del edificio de Banesto. Lo vi primero en A3 y no decían nada del desalojo, lo relacionaban sólo con las manifestaciones de la huelga general. Eso sí, nadie ha dicho ni pío, a todo el mundo le parece normal que una cadena de televisión mayoritaria manipule la información a su antojo y conveniencia.