martes, 1 de junio de 2010

¿A qué suena el Primavera?


La travesía por el desierto ha finalizado y este ágora de la sin razón retoma la red con la fuerza de un solo de batería de John Bonham. A los inquebrantables seguidores, si es que alguno queda sin abandonar el barco, les agradecemos su fidelidad sin parangón, al tiempo que las dos cabezas bobolongas hacemos propósito de enmienda para revitalizar el volumen de entradas de esta humilde posada de las palabras.

La madera política neoliberal arde, y no es momento para callar la boca. El estado de ánimo de los diabólicos mercados sigue dictando la actualidad mediática y política, en detrimento de los acongojados gobiernos. El robo al trabajador continúa y, entre medias, el ejército de Israel se ha transformado en un Poseidón colérico, señor de la vida y la muerte en aguas internacionales. Pero habrá que esperar unos días para lanzarse a la yugular de la tiranía neocon, porque hoy se trata de bailar alrededor del fuego de la amistad con la banda sonora de la mejor música.

Esta entrada tienen nombre de estación y anglicismo de apellido: Primavera Sound. Allí, allende los mares, a la ribera del Parc del Forum barcelonés, una intrépida expedición bobolonga acudió el pasado fin de semana para asistir a la décima edición del que dicen festival de mayor pedigrí indie de Europa. Tres días loucos, hermosos, de carcajada limpia, acunados por la burguesa cercanía del fantástico hotel en el que estábamos alojados, con las pupilas humedecidas por el semi círculo del Mediterráneo que abrazaba el recinto. Tres jornadas cálidas bajo los 25 grados del atardecer y la suave brisa de la luna, que se fue llenando hasta henchirse de orgullo en la noche del sábado 29 de mayo, día de Santa Teodosia, monja mártir (¿cómo si no?) de la Constantinopla del siglo VIII.

Aun a riesgo de parecer frívolo y seguir escribiendo en clave íntima para los amigos, dejo el capote para que el gran Zon, Zon profundice en los matices musicales del Primavera Sound, mientras que un servidor se dispone a concentrarse en las sensaciones que todavía revolotean por su cabeza. He aquí un resumen heterodoxo e iconoclasta de las enseñanzas de un festival que ya he guardado en mi maleta favorita, marcada con una pegatina de peace & love

Lo que aprendimos…

- Que los Mochila Men, dueños de la cerveza andante y el mejor
invento festivalero desde el épico barro de Woodstock 69, habitan en un pequeño hogar escondido, del que toman sus superpoderes.

- Que los críticos musicales de El País y La Vanguardia pertenecen a otro planeta, o bien nosotros somos más raros que un perro verde. El elogio encendido a artistas con hipertrofia de autoestima (Florence + The machine) y las reiteradas crónicas de conciertos que no vimos (Superchunk, Pavement, Crocodiles, Condo Fucks,Van Dycke Parks…), ya que elegimos otra alternativa musical, confirmaron que no formamos parte de la onda más cool.

- Que los Pixies fueron, son y serán la caña; que Mission of Burma son tan cojonudamente eléctricos que sólo necesitan un cuarto del escenario para tocar, todos juntitos, como en el salón de su casa; que Apse da muchas vueltas en sus canciones; que Beak> son tan asépticos y minimalistas en su puesta en escena como adictivamente inquietantes; que Wilco sabe sortear un arranque en el que todo falla; que Wild Beasts son más divertidos que Divine Comedy; que La leyenda del tiempo, del genio Camarón, sigue sonando a galope y trueno; que, como dijo Lou Reed, el único problema de The XX es que están “creciendo con el público”; que la combinación del Cristal con Pet Shop Boys puede dar el mayor subidón conocido a un grupo de chicas festivaleras; que escuchar a las 3.30 de la madrugada a Orbital, en el escenario-anfiteatro Ray Ban, con el mar de fondo y la luna llena, es una pasaaaaada.

- Que mis amigos puristas no me dejaron ver Black Math Horseman y The Ganglians, con la supuesta excusa de que “no se puede ir a ver a una banda sólo porque te guste su nombre”.

- Que nos perdimos a Marc Piñol y Moderat… Ascolta nen!!

- Que Los inhumanos tienen un doble en The Almighty Defenders.

- Que es una gozada poder cambiar de concierto a las tres canciones, si no te mola lo que estás escuchando.

- Que se pueden aprovechar las entradas al Auditori para hacerlas pasar por tickets de cerveza, siempre y cuando se mezclen bien como en una partida de El Golpe y quien baraje la mano sea Ro.

- Que la nueva forma de comer pizza en cucurucho tiene menos futuro que un plato de ‘algaespuma’ de la cocina molecular de Adrià, servido en un local country de Alabama…

- Que la nueva forma de comer pizza en cucurucho tendría un potencial de crecimiento mayor que el iPad si hubiera más Danis en el mundo…

- Que el variado intento por rebajar el precio de 4 euros de cada cerveza, recurriendo a la financiación con el fondo B, al estilo de la trama Gurtel, no funciona. Las claras alusiones de “¿Cómo lo podemos arreglar?” o “¿Pero tú cuántos días estás aquí?” quedaron en el limbo de las preguntas sin comprensión por parte del interlocutor, ni siquiera en plena madrugada, apoyado en la barra ante un aburrido camarero adolescente, que podría aprovechar la ocasión para hacer caja. Y pensar que para uno, los dos días de desfalco de las huchas de la Cruz Roja eran los momentos más entrañables de la niñez cada año…

- Que el grupo Wire tiene más cocodrilos en los bolsillos que el maestro Antuán. Hacerle pagar dos cañas a un cámara que se pasa una hora filmando como dos tipos garabatean en un papel tiene delito, y dejar dos dólares de propina al camarero más salao de Barcelona, aún más.

- Que el filete de pescado siempre se acaba en el menú.

- Que la banda musical Mujeres tiene mala suerte con nosotros…

- Que la amistad quita las penas y ensancha el corazón.

- Que The Slits… Exist!!!! ;-)

5 comentarios:

Delikat Essences dijo...

Gran cronica del Primavera, me encanta ese punto de vista y comparto muchas cosas. Yo también estuve allí un año más y comparto que los críticos del País y sobre todo el Rock de Lux!, muchas veces van de snobs y sentencían para que todos los sigamos como borregos.

Horribilis cuchuruchos de pizza por cierto y memorable lo de los Pixies, yo sufrí un viaje en el tiempo, pues he machacado todos sus discos en mi adolescencia y me había quedado con la espinita de verlos.

Un saludo.

Claudia Hernández dijo...

Ahhh, qué buen paseo musical sin perderse de nada...
la verdad me dio un no sé qué cuando describiste esa escena de la banda Orbital... sabes que soy muy poco "ndie"... pero Orbital me encanta y a la luz de la luna y el calorcito barcelonés, suena a una pasada.

David dijo...

Inolvidable orgía musical en las noches templadas de la ciudad condal. De lo que no me cabe la menor duda es que sin ti el primavera no seria lo mismo. Sin tu sentido del humor, sin tu capacidad de soborno golfo y trasnochador, sin tus ganas de disfrutar, sin tu cecina astur, sin tu prensa diaria, sin tu nba connection, sin tu generosidad sin limites, sin tu ironía elegante, sin tus noodels tailandeses, sin tus slits (exist!!), sin tu chupa de cuero, sin tu petición de tickets canjeables para el hombre mochila que habita los frondosos bosques del forum, nada seria lo mismo. Grandiosa entrada hermano, me colocas al borde del llanto con tu prosa y tus recuerdos que son los míos. Hacia un tiempo que no me reía como lo hicimos, reír hasta perder la percepción del tiempo y el espacio que te rodea, reír como si ese fuera el único fin de toda tu existencia. Gracias al primavera por existir y sobretodo gracias a ti por ser como eres!!!

Unknown dijo...

Que me mueroooooooooooooooo... dios que risa.

Oye chaval, en serio, tu, en esto de bobolongos ¿cuantos días vas a estar? porque creo que podemos hacer un buen arreglo..

Creo que el festival fue una pasada, mucho grupo grande aunque el bueno de verdad estaba abajo. Os quiero.

Álvaro dijo...

;-) ;-) Joder, hermano, me has emocionado.