Lo de la iglesia católica de este país es que es "mu fuerte". Y ustedes dirán, que pesados son estos bobolongos con la santa institución. Pero es que nos obligan a ello. Solo hace falta leer la última edición de la revista “Alfa y Omega" que pertenece al Arzobispado de Madrid presidido por el jefe del episcopado español, Antonio María Rouco Varela. En un breve artículo titulado “La violación, ¿fuera del Código Penal?” el redactor jefe del semanario, Ricardo Benjumea, lamenta que se dispense sin receta la llamada píldora del día después porque ello induce a la “deshumanización de la sexualidad que promueve el Gobierno”, es decir, a que se conviertan “las relaciones sexuales en simples actos para el gozo y el disfrute”. Al parecer es un delito disfrutar del sexo (sois tod@s delincuentes). Por tanto, “Cuando se banaliza el sexo, se disocia de la procreación y se desvincula del matrimonio, deja de tener sentido la consideración de la violación como delito penal. Ése es el ambiente cultural en el que vivimos y, sin embargo, la inmensa mayoría de españoles consideraría una aberración que se sacara la violación del Código Penal, aunque a sólo cien metros uno tuviera una farmacia donde comprar sin receta la pastillita que convierte las relaciones sexuales en simples actos para el gozo y el disfrute”. Toma geroma pastillas de goma (véase que utilizo las palabras pastilla y goma en la misma frase, esto lo hago por molestar). ¿Y al no querer que se tipifiquen como delito en el Código Penal, los violadores y abusadores de menores se quedarían sin condena? ¿Se quedarían sin condena los culpables de los abusos físicos, psíquicos y sexuales cometidos sobre 35.000 menores en 216 instituciones católicas en Irlanda durante más de 30 años? Esto probablemente es demagogia, pero me limito a seguir las mismas reglas de la institución apostólica y romana. Supongo que estas teorías se deben de discutir en seminarios tipo: "Compara por doquier y amén", "Tu remordimiento es el nuestro" o "Tu no querías y el niño tampoco, pero delito, poco"¿Pero en que siglo vive esta gente? Y no es tanto por anacronismo, es que hoy Cristo diría: "Dios, líbrame de mis seguidores". Basta de tanto fundamentalismo. Que a estas alturas de la película se este relacionando el sexo con la procreación y el matrimonio es simplemente absurdo. Viven en un encierro mental que les deslegitima a la hora de opinar. Cayo Lara, coordinador general de IU, lo resume bien con la frase "que los obispos dejen de preocuparse por las braguetas de los ciudadanos y empiecen a preocuparse por las suyas propias".
Desconocía este cometido del obispado de legislar a la sociedad española y decidir desde la iglesia las normas por las que se rige la ciudadanía en general. Eso hace 35 años que no se daba en este país. No pueden imponer su moral, la suya, ni pretender legislar desde su moralidad aspectos que afectan directamente a la sociedad. Es la sociedad la que tiene el derecho y la libertad a decidir sobre sus vidas y sobre su sexualidad. Las leyes deben dejar claro quien define las reglas del juego de todos. La única manera de conseguirlo es una reforma constitucional que abogue por el laicismo de una manera clara, sin concesiones. El catolicismo, como cualquier otra religión que tenga vínculos con un estado, supone una rémora para la libertad de los ciudadanos.
2 comentarios:
Flipo en colores.... será por la goma que le echan a las pastillas....
¡Joder con la revista! ¡Y joder con ese pedazo de periodista de apellido Benjumea! Qué grande, ni Bob Woodward en sus mejores tiempos. Esta gente ha perdido la cabeza, ahora pparece que la nueva línea de ataque es comparar el aborto con la violación y el abuso de menores, como ha vuelto a decir hace poquito Cañizares. Vamos, que para ellos lo de Irlanda no es para tanto... Como dices en el blog, querido hermano, ¡líbrame de esos seguidores!
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